Élida Vega Córdova
La nueva normalidad ha traído consigo innumerables cambios en todas las actividades que realizamos a diario, incluso en la forma de afrontar un proceso de selección.
En ese sentido, Hans Portugal, cofundador de Yob Consultores, considera que frente a una realidad de constantes cambios es importante adaptarse y desarrollar competencias para vender nuestra marca empleadora y generar un valor diferencial.
Partiendo de la pregunta ¿qué es lo que busca la empresa y qué es lo que puedo ofrecer para diferenciarme de las personas que están compitiendo conmigo? Portugal recomienda plantear una estrategia enfocada en el autoconocimiento para resaltar nuestras habilidades y fortalezas.
“Hacer un análisis de uno mismo puede ser complicado, pero existen herramientas que ayudan a esta reflexión. Planteándote la importancia del desarrollo de tus competencias, estás un paso adelante y sobresaldrás frente a tus competidores profesionales. Es importante lograr los objetivos, pero también el camino a seguir”, afirma.
De la misma opinión es Alejandra Rojas. Para la directora de Empleabilidad de la UTP, el autoconocimiento es clave destacar y diferenciarnos del resto de candidatos en un proceso de selección.
“Eso nos permite identificar lo que nos distingue del resto. Tener claro cuáles son las cualidades o habilidades que nos hacen únicos y que podemos ofrecer. Quien se conoce a sí mismo tiene mejores posibilidades de obtener un empleo porque tiene claro qué lo distingue y qué lo hace un candidato ideal para la posición”, señala.
Según la especialista, el autoconocimiento contribuye positivamente a construir un perfil profesional potente que ayudará a alcanzar nuestras metas profesionales, pero también es importante porque los reclutadores valoran a un profesional que se muestra claro y seguro de su valor y de lo que puede aportar a la organización, por lo que tendrá más posibilidades de ser elegido.
Más habilidades
Pero debido a que, según un estudio de McKinsey & Company, el 24% de las empresas dan un mayor valor a las habilidades sociales y emocionales, como el relacionarse con otras personas, entablar lazos de confianza y expresar eficiente y justificadamente las ideas, Portugal asegura que dicha realidad pone sobre la mesa la importancia del desarrollo de habilidades blandas.
En este sentido, sostiene que aunque es cierto que las herramientas técnicas son importantes, también refiere que es primordial enfocarnos en vender o promocionar las competencias que hemos adquirido con el tiempo porque en el proceso de selección habrá muchos candidatos que estudiaron la misma carrera, que llevaron los mismos cursos o que tal vez tienen un curso adicional y “son nuestras habilidades las que nos ayudarán a destacar”.
Por esa razón, se muestra convencido de que el primer paso para resaltar, vender o promocionar nuestras habilidades, fortalezas y competencias es autoconocernos porque no podemos gestionar algo que no conocemos.
“Muchas personas no han identificado las competencias que tienen más desarrolladas, pero nuestras acciones pasadas son nuestra mejor herramienta y termómetro para identificar el nivel de desarrollo de estas. Por eso, la introspección es un ejercicio básico para ello”, señala el cofundador de Yob Consultores.
Para el especialista en selección de personal, el desarrollo de nuestra marca empleadora nos ayudará a generar un valor diferencial durante la nueva normalidad por dos motivos.
Primero –dice– porque actualmente el nivel de competencia es mayor. “Las empresas reclutan personas de cualquier lugar del mundo y el acceso a la información es abierta. Por eso, lo importante es desarrollar la capacidad de entenderla y aplicarla a nuestro entorno. Es ahí donde marcaremos la diferencia. Eso es una competencia”, añade.
Y, segundo, porque te ayudan a entender y adaptarte al entorno en el que te desarrollas. “Las empresas enfrentan situaciones por las que no han pasado antes y necesitan personas que los ayuden a identificar cómo lidiar con ello. Las competencias te ayudarán a manejar la situación, al equipo y a planear una estrategia efectiva”, señala.
Cinco claves
Para elaborar con éxito nuestra marca empleadora, Hans Portugal recomienda poner énfasis en cinco puntos:
1. Arma tu FODA personal
Esta herramienta sirve para reconocer nuestras fortalezas. Para realizar correctamente el FODA es necesario hacer un autoanálisis de nuestras fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Pero, en una entrevista laboral es importante presentar nuestras debilidades como oportunidades de mejora en las que ya estamos trabajando.
2. Busca ayuda, si la necesitas
Para identificar nuestras fortalezas, podemos hacerlo de tres maneras: mediante un test psicométrico (ahora son digitales y nos permite conocer lo que nos gusta o no hacer), a través del autoconocimiento o acudiendo a terapia, es decir, asistiendo a un psicólogo que nos asista para identificar las habilidades o fortalezas que tenemos.
3. Preparación constante
Tenemos que hacer que nuestra imagen sea mucho más vendible, no solo en lo técnico sino en las habilidades que tenemos. “Si nos diferenciamos del resto, vamos a estar un paso adelante”, señala.
4. Conoce el puesto y la organización
Un factor esencial para generar valor en nuestra entrevista es investigar sobre la empresa a la que estamos postulando: a qué se dedica, hace cuánto tiempo funciona o cuántas sedes tiene. Pero, también debemos revisar el perfil del puesto: qué hace, cuáles son las tareas y cuáles son las competencias solicitadas. “Solo así podremos explotar nuestro potencial durante la entrevista”, resalta.
5. Técnicas de apoyo durante la entrevista
Una de ellas se llama ‘elevator speech’. Consiste en imaginar que estamos en un ascensor con la persona que decidirá sobre nuestro futuro, el reclutador. Y solo tenemos entre 15 a 20 segundos –tiempo que demora en subir un ascensor– para mencionar de manera rápida tres o cuatro características que llamen su atención y que le permita decidir que somos el mejor candidato para su empresa.