El precio internacional del algodón anotó en estos días su máximo nivel en más de una década y su efecto ha tocado también a la producción algodonera de Perú. En ese escenario, se empiezan a concretar proyectos locales para ampliar áreas de cultivo, algo que no sucedía en más de tres décadas.
En la región norteña de Piura, los productores están dispuestos a ampliar la temporada de siembra de algodón Pima hasta mediados de abril y sumar 1,500 hectáreas a las casi 1,000 ya instaladas. Lo que falta para concretar esta apuesta es financiamiento, un tema que está por resolverse en la recién instalada Mesa Ejecutivo del Algodón, impulsada por el gobierno.
Al respecto, se evaluaría que las empresas textileras y exportadores puedan ser la garantía que los productores piuranos necesitan para poder acceder a un crédito del fondo AgroPerú, administrado por el Banco Agropecuario (Agrobanco), cuyas tasas son de 3.5%.
“En el marco de la declaratoria de emergencia agraria que publicó el gobierno hace unos días, esperamos que ese sea el espacio para mejorar el acceso a financiamiento para los productores”, comentó Franklin Suárez, especialista de la cadena de algodón del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
¿Precios al alza?
Un reciente informe de la agencia AFP, menciona que en Estados Unidos se reporta la “peor sequía de la historia del algodón estadounidense”, impulsando a que el precio alcance los US$ 1.3171 la libra. La situación se agrava más considerando la alta demanda del producto de parte de China y el incremento de los insumos de producción, como el fertilizante.
En lo que va del 2022, en Perú, el quintal del algodón pasó de S/ 255 en promedio hasta S/ 316, aunque en los últimos días bajó hasta S/ 306 respecto a la variedad Tangüis. La Pima -considerada como la de mejor calidad a nivel mundial- se negocia hasta en S/ 360 el quintal.
Lo que ocurre en el mercado internacional, explica Elvin Palma, presidente de la Asociación Nacional de productores de Algodón (Anpal) tiene dos efectos en Perú. Por un lado, que alienta una mayor producción del cultivo en el país para elevar, después de mucho tiempo, su participación en el mercado nacional -de solo un 20% actual-, y cubrir parte del déficit en el mercado internacional. Sin embargo, solo beneficiaría al algodón fibra extra larga (Pima) que, en su mayoría, se siembra en el norte del país.
Mientras que -el efecto no tan optimista- es que “se está dejando de lado la producción en la costa central, sobre todo en Ica y Chincha, donde se siembra la variedad Tangüis que ha sido el más golpeado tras la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos”, agrega Palma quien además dijo a Gestión.pe que no han sido invitados a la Mesa Ejecutiva del Algodón.
Asimismo, mencionó que pese al mejor precio que se ha registrado durante el 2022, es “temprano para cantar victoria”, pues en situaciones pasadas -lamentablemente- “si el escenario deseado no se mantuvo, los contratos podrían ser modificados y los precios bajar”.
Por eso, anotó que seguirán impulsando el Plan Nacional del Algodón en el que se consideraba la instalación de desmotadoras, lo que permitirá que el productor no dependa de los precios de los intermediarios.
“Para el Tangüis, seguiremos buscando nichos de mercado pero primero debemos mejorar su genética, es una tarea pendiente del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA)”, finalizó Palma.