Una controversia amenaza con socavar el liderazgo en el Fondo Monetario Internacional (FMI) de Kristalina Georgieva, cuya conducta estaba bajo revisión de responsables políticos y expertos tras señalamientos de que actuó en favor de China cuando ocupaba un alto puesto en el Banco Mundial (BM).
La situación también podría complicar al gobierno del presidente demócrata de Estados Unidos, Joe Biden, al alimentar la reticencia de la oposición republicana hacia las instituciones multilaterales, especialmente en lo que respecta a China.
Una investigación independiente publicada el 16 de setiembre concluyó que, cuando era directora ejecutiva del BM, Georgieva estuvo entre los responsables del organismo que presionaron al personal para que modificara datos para favorecer a China en la edición 2018 del informe anual “Doing Business”, la publicación estrella del banco.
Georgieva, nombrada directora gerente del FMI en el 2019, dijo hace una semana al personal del FMI que las acusaciones “no son ciertas”.
“Ni en este caso, ni antes ni después, he presionado al personal para que manipule los datos. Les pediría a que verifiquen una, dos veces, tres veces, pero nunca que cambien, nunca que manipulen lo que nos dicen los datos”, dijo, según The New York Times, que obtuvo una transcripción de sus comentarios.
Georgieva aseguró que cree “firmemente en el valor de los datos y los análisis creíbles que conducen a recomendaciones de políticas en beneficio” de los países miembro.
Pero para el Nobel de Economía Paul Romer, economista jefe del BM en tiempos de Georgieva, los integrantes del FMI “tendrán que tomar una decisión sobre si se sienten cómodos con ella y continuará en ese puesto”.
“Creo que deberían pensar en sus opciones”, manifestó Romer el jueves.
Romer, quien renunció en enero del 2018 tras hacer públicas sus inquietudes sobre el “Doing Business”, la criticó por buscar “encubrir” y “blanquear” cuestiones que a él le preocupaban del informe.
FMI “revisa el asunto”
Estados Unidos será crucial para determinar el futuro de Georgieva, ya que Washington tiene la mayor participación con derecho a voto en el FMI.
“Estos son hallazgos graves”, dijo el Tesoro estadounidense en un comunicado. “Nuestra principal responsabilidad es defender la integridad de las instituciones financieras internacionales”.
El directorio del Banco Mundial encargó la investigación al bufete de abogados WilmerHale, que examinó decenas de miles de documentos y entrevistó a más de tres decenas de empleados actuales y anteriores.
Un portavoz dijo que el directorio del FMI, que debía reunirse el 17 de setiembre, “actualmente está revisando este asunto”, sin brindar más detalles.
Legisladores republicanos ya plantearon preguntas sobre el proceder de Georgieva.
Para el representante de Arkansas, French Hill, la “reputación de los prestamistas multilaterales quedó empañada”.
Si las acusaciones son ciertas, “el directorio del FMI debería evaluar de inmediato” la permanencia de Georgieva en el cargo, señaló.
“Golpe” a la credibilidad
A la luz de la investigación, el BM eliminó los rankings de “Doing Business”, que clasificaban a los países en función de sus regulaciones comerciales y reformas económicas, y hacía que los gobiernos compitieran por un puesto más alto para atraer inversores.
La pesquisa también encontró que Georgieva, junto con Simeon Djankov, un exministro de finanzas búlgaro que creó el informe, y Jim Yong Kim, entonces presidente del BM, presionaron al personal para cambiar el cálculo de la clasificación de China para evitar enojar a Pekín.
Esto ocurrió mientras los dirigentes del BM estaban involucrados en delicadas negociaciones con Pekín sobre el capital de préstamos del banco.
El FMI tiene su propia serie de reportes sobre las economías nacionales, que podrían ser cuestionados tras las acusaciones contra Georgieva.
Justin Sandefur, de la organización Centro para el Desarrollo Global, había escrito extensamente sobre los problemas con la metodología en el ranking de “Doing Business”, que según dijo se prestaba para “este tipo de interferencia y manipulación”.
Después de las últimas revelaciones, el panorama para Georgieva “no es bueno”, manifestó.
“Que el jefe del FMI haya estado involucrado en la manipulación de datos es una acusación bastante condenatoria. Parece un verdadero golpe para su credibilidad”, comentó.
“Hallazgos explosivos”
Hill pidió a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, que informe al Congreso estadounidense sobre la situación y encuentre formas de “garantizar la integridad estricta y transparente de los datos en los informes y evaluaciones del BM y el FMI”.
Del mismo modo, el legislador republicano de Kentucky, Andy Barr, solicitó al Tesoro que investigue estos “hallazgos explosivos” y dijo que “la participación de Georgieva en la manipulación de datos para beneficio de China es alarmante”.
Según Barr, el liderazgo de Georgieva en el FMI pone en entredicho otros tratos con Pekín y “tiene implicaciones para la influencia de China en el Fondo”. “Garantizar la integridad en el FMI es esencial”, afirmó.
Georgieva, quien apareció en un foro del FMI el 17 de setiembre sin comentar sobre la controversia, prevé asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas la próxima semana. También participará en las reuniones anuales del FMI y del BM a principios de octubre.