El boom gastronómico y las tendencias globales han originado en Perú una marcada vocación por la alimentación saludable. Sin embargo, esta noticia parece no haberle llegado a la población más pobre, según un estudio de la EAE Business School de Barcelona.
Para la profesora y autora del informe Irene Vilà Trepat “el envejecimiento de la población, la creciente concienciación de la relación entre dieta y salud, y la necesidad de combatir los crecientes índices de obesidad, está llevando a un aumento del consumo de alimentos que se consideran sanos y saludables y consolidando un nuevo estilo de vida”.
Según el estudio, Perú no escapa a esta nueva forma de alimentación y emerge en el país una mezcla de dos tendencias, la de volver a la gastronomía tradicional con la tendencia global de comer sano.
Para la gastronomía tradicional se utilizan productos naturales y una gran variedad de frutas y verduras, mientras que se prescinde de ingredientes artificiales y dañinos para la salud, por parte de la tendencia saludable.
“Los ciudadanos peruanos tienen cada vez más en cuenta la dieta, y sus decisiones a nivel alimentario ya no están motivadas solo por el sabor de los productos, sino también por los beneficios adicionales que les pueden proporcionar para alcanzar niveles óptimos de salud” añadió Vilà.
No obstante, la experta también advierte de que todavía “en zonas rurales y de menos ingresos, las personas no se pueden permitir el consumo de determinados productos saludables”.
Por otro lado, el estudio saludó dos iniciativas del país para combatir la obesidad: el aumento del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) para bebidas azucaradas, y la implementación de los octógonos en productos empaquetados.