El 2020 marcó un antes y un después en la producción de kion en Perú. La alta demanda de alimentos beneficiosos para el sistema inmunológico en el contexto del covid-19 puso al jengibre en los ojos del mundo y motivó a más productores de la selva central a involucrarse en su siembra ¿sigue el éxito en el 2022?
En el 2021 Perú se consolidó como el tercer proveedor mundial del jengibre, pero, aunque el volumen aumentó, el valor total cayó en casi 13% ese año. En lo que va del 2022, el precio en el mercado internacional aún no se recupera: solo entre enero y setiembre, el valor exportado volvió a caer 20% respecto al mismo periodo del año pasado.
“El precio se mantiene en casi US$ 1,25 el kilo y todavía permite cubrir los costos de producción”, resalta Jorge Chang Palacios, gerente de JCH Agroexportaciones, empresa que en el 2020 lideró los envíos del kion con una participación del 15%.
Dicho precio, no obstante, está dirigido a un kion orgánico, una categoría que permitió al Perú sacar una ventaja competitiva frente a Brasil y China, grandes productores en el mundo del jengibre tradicional.
Sin embargo, Chang advierte que Perú podría perder dicha distinción en el mercado europeo. “Más del 50% del kion peruano que se está cosechando en algunas zonas no cumpliría con las condiciones de cultivo orgánico, lo que pedimos es que el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) realice capacitaciones y haga visitas de campo para cuidar nuestra ventaja competitiva”, señaló.
La selva central es la principal zona productora de kion en Perú. El crecimiento desordenado de las áreas hace imposible tener una cifra exacta de hectáreas instaladas (la siembra va de agosto a noviembre). Según Chang Palacios, solo en Junín, habrían al menos 10 plantas de procesamiento aptas para la exportación.
La Asociación de Exportadores (ADEX) advirtió en mayo último sobre la necesidad del ordenamiento en la producción de kion en el Perú ante las consecuencias de una sobreproducción.
Perspectivas 2023
A un mes de culminar la campaña de siembra del kion, los productores en selva central no descartan ampliar sus áreas instaladas. Solo en el caso de JCH Agroexportaciones, pasó de 20 hectáreas a casi 100 hectáreas para la nueva campaña. Dicha producción solo alcanzaría para cubrir 80 contenedores; el resto -menciona- se completará con acopio con agricultores con los que tiene alianza y que también incrementarán su producción.
¿A qué se debe? Chang señala que se proyecta una reducción en la producción de China en más del 50% por efectos del clima, mientras que en Brasil la reducción del volumen estaría relacionado con el precio. “Esta podría ser una oportunidad para Perú y cubrir nuevos mercados”, señaló.