La inflación a 12 meses, medida a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Lima Metropolitana (referencia para proyecciones), fue de 8.45% en noviembre, mayor que en octubre (8.28%), según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Es el segundo aumento (en setiembre también subió) desde junio, mes en el que, según el Banco Central de Reserva (BCR) y analistas, la inflación marcó un pico (8.81%).
Asimismo, la última proyección del BCR para el cierre del año es que la inflación anual se ubicará en 7.8%, nivel que implicaría una dato mensual de alrededor de 0.2% en diciembre, dato que sería el más bajo desde enero (0.04%). Pero este escenario es poco probable para Phase Consultores.
En línea con lo anterior, instituciones como BBVA Research, que también proyectaba una tasa de inflación de 7.8% a fin de año, revisaron su estimado hasta 8%, a la luz del dato de noviembre.
Del mismo modo, Macroconsult actualizó su proyección para el 2022, de 8% a 8.5%.
“La inflación cerraría en un nivel alto; hay un margen por recorrer y no cede, con un especial foco en la inflación sin energía y alimentos, que está en 5.7% interanual. Ahora estamos esperando la encuesta de expectativas macroeconómicas del BCR para ver qué pasó con las (expectativas) de inflación, pues si están desancladas influirán a través de los nuevos precios de venta y el proceso inflacionario podría ser más persistente. Esto último a pesar de que no estamos viendo más presiones alcistas sobre alimentos y energía”, dijo Hugo Perea, economista jefe de BBVA Research.
Scotiabank y Thorne y Associates mencionaron que su proyección de 7.7% tiene sesgo al alza también hacia el 8%, tras la nueva información de precios. Por su parte, Credicorp Capital se reafirma en su proyección de 7.9% para cierre de año.
“El dato de inflación fue una sorpresa negativa. Es posible que el BCR corrija su proyección tras ello, y nosotros también repensaremos las previsiones”, indicó Alfredo Thorne, director de Thorne y Associates.
Thorne y Associates no corregiría su proyección de 3.6% para el 2023, ni tampoco BBVA Research (3.5%). Pero la estimación de Scotiabank (4%) tiene sesgo al alza.
¿Influencia de la huelga de transportistas?
Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital y Alfredo Thorne mencionaron que el dato de noviembre habría estado posiblemente influenciado por el paro de transportistas de carga (que se inició el 22 de noviembre y que se levantó luego de seis días), por su vínculo con el abastecimiento de mercados.
“Creemos que el paro fue un factor importante, el cual tuvo incidencia en alimentos, pero también en restaurantes. Esto en la medida que se ha dificultado el transporte, y de hecho se había reportado problemas de importación de algunos insumos como granos. No obstante, es un factor temporal, por lo que se seguiría con el descenso gradual”, dijo
Cabe indicar que la variación mensual de noviembre, de 0.52%, tuvo como dos de los factores principales el comportamiento de los precios en las división de consumo como alimentos y bebidas no alcohólicas (0.77%) y restaurantes y hoteles (0.68%). En línea con ello, la inflación de alimentos en noviembre fue de 0.77% (en octubre -0.22%), y como dato anual fue de 14.75% (en octubre,13.55%).
El rubro de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles se encareció 0.83% el mes pasado, y dentro de este, el alza de tarifas de eléctricas (3.7%) tuvo la mayor incidencia.
El IPC sin alimentos y energía fue de 0.23%, nivel menor al de octubre (0.5%).
“Lo que ha pasado con la inflación debe estar vinculado, en parte, a la huelga de transporte que influye en alimentos y bebidas que tienen un peso fuerte en la canasta. Las correcciones que hagamos en la proyección del 2022 van a depender de lo que pase con los transportistas, pues en diciembre se comercia un gran cantidad de alimentos. Es un factor transitorio y no evitaría el descenso (en la inflación) que se prevé hacia adelante. Deberíamos volver a la trayectoria de inflación mensual, de 0.35%, que había en octubre”, dijo Thorne.
Mario Guerrero, subgerente de Economía del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, indicó que este factor (paro de transportistas) habría tenido impacto en el aumento de precios de los perecibles, aunque sería marginal, postura con la que coincide Phase Consultores.
El aumento del rubro de alimentos obedeció principalmente al alza observada en pescados y mariscos, principalmente el bonito, con un incremento de 38.2% (por la menor oferta de esta especie marina en los mercados). Del mismo modo, subió el precio de pollo eviscerado (3.5%), la mantequilla y margarina envasada, con 4.7% y 2.8%, respectivamente, entre otros.
Por el contrario, hubo disminución de precios en hortalizas, legumbres y otros tubérculos, entre ellos papa blanca (-7.0%), papa color (-4.1%) y, en menor medida, papa amarilla (-0.9%), según datos del INEI.
“Lo que más incidencia tuvo fue bonito, pesca que depende de condiciones climáticas, y electricidad. Si incidió (el paro de transportistas) en la subida del mes, fue marginalmente y no es el factor principal”, señaló el director de Phase Consultores, Juan Carlos Odar.
Perea mencionó que si bien el paro ha sido un elemento coincidente, posiblemente haya sido acotado. “Se puede especular, pero el INEI no lo menciona como una de las razones de los resultados. No hay evidencia de que haya habido un impacto en los precios”, precisó.
Ciudades con mayor inflación
En noviembre, el IPC a nivel nacional aumentó en 0.45%, acumulando en los once meses del año un alza de 7.85%, y de 8.64% a 12 meses.
Teniendo en cuenta este último dato, el INEI reportó información sobre quince ciudades que superan este registro anual. Asimismo, son tres las que muestran tasas superiores al 10%, Huaraz (11.51%), Cerro de Pasco (11.35%) e Ica (10.65%).
En 23 de 26 principales ciudades, la inflación anualizada superó el 8%.