Atualmente existe una preocupación por la desaceleración de la economía global y China, que impacta la demanda por materias primas y los ingresos por exportaciones de países como Perú bajan. Sin embargo, también hay una gran oportunidad de industrialización, que está vinculada a la relocalización de las cadenas de valor, señaló Diego Camacho, economista Internacional de Research de Credicorp Capital.
Camacho mencionó que, en base a un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las ganancias potenciales de relocalizar producción desde China hacia América Latina pueden ser sustanciales.
Destacó que México es el que tiene una ventaja importante en cuanto a los beneficios que se puede captar, pues podrían ser el 55% de un total estimado de más de US$ 78,000 millones para la región (nuevas exportaciones de bienes y servicios en la industria automotriz, textil, farmacéutica y energías renovables, entre otras). Perú por su parte, también podría beneficiarse con un 2%.
“El gran detonante para hablar de una regionalización del comercio ha sido la crisis del COVID-19 y la política agresiva para contrarrestarlo de China (que incomodan a las compañías que tienen fábricas en ese país), y la creciente preocupación sobre algún conflicto entre este país y Taiwan, que haría que las cadenas de suministros sigan interrumpiéndose. Si bien Perú tiene un 2%, no significa que se poco beneficiado, pues con respecto al PIB de ese país es una cantidad importante. Se podría pensar en un país que no solo es relevante por su cobre, sino también bienes de valor agregado asociados al metal”, indicó.
En línea con lo anterior, Camacho indicó que los países que se involucren en la tendencia global de regionalización del comercio industrial, podrían impulsar de manera importante el crecimiento sus economías.
“Las economías que enfrenten este reto de manera decidida con un claro soporte del sector privado podrían tener, según estimaciones del BID, un crecimiento del PBI entre el 11% y 15% como media en el mediano y largo plazo. Es decir, se deben vincular a las cadenas globales de valor, en medio de un escenario geopolítico difícil. Si no lo aprovecha Latinoamérica lo va aprovechar otro conjunto de países emergentes”, precisó.
El representante de Credicorp Capital indicó que parte de las oportunidades pasan por el hecho de que el país asiático ha tenido un encarecimiento de su mano de obra de producción manufacturera (estimado en US$ 6.6 la hora), en donde países como México se encuentra por debajo (US$ 4.76 la hora).
“Es posible que las tasas de crecimiento de salario suban, por el avance en el nivel de vida de China, y las medidas autoritarias del control de la población que están generando inestabilidad. Por primera vez en décadas hay una posición competitiva en costo de mano de obra. Esta ventaja de México podría ser extensible a toda la región, en países como Perú, Argentina o Colombia podría verse lo mismo”, apuntó.
Además de ello, Camacho señaló que los costos logísticos juegan también en favor de los países de la región. “Es mucho más barato enviar (exportar) desde México, Colombia o Perú hacia Estados Unidos que hacerlo desde el propio China. A pesar de esto último, China fue el que se convirtió en el taller del mundo. Si se toma en cuenta los costos de mano de obra, hay una oportunidad de oro que se puede aprovechar”, anotó.