Aunque en el 2020 había un exceso de stock de petróleo debido a la pandemia, hoy el mundo enfrenta una escasez tras las sanciones a Rusia, el segundo mayor productor global, debido a la invasión a Ucrania. El precio del crudo se mantiene volátil -por encima de los US$ 105- y afecta a países que dependen de su importación, como Perú: casi el 75% de su demanda proviene del extranjero.
El efecto en el mercado peruano podría ser menor de estar operativos campos petroleros como los lotes 192, 8, 67 y el recién paralizado Lote 95 que en conjunto representan 40,000 barriles de combustible líquido al día, cuando la demanda del mercado actual es de 240,000 barriles, refiere Gustavo Navarro, socio director de Gas Energy Latin America.
Sin embargo, agrega que “el Estado aún no atiende la demanda de las comunidades en la selva que han paralizado los lotes, y falta decisión política para lograr un acuerdo”.
Pero la posible solución no queda ahí. Y es que a nivel mundial varios países comienzan a tomar medidas para una transición energética por lo que próximamente las exploraciones y explotaciones de petróleo se reducirán, afectando, otra vez, la oferta. Carlos Parodi, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico, menciona que la salida a una crisis del combustible fósil es el gas natural “sin duda”.
Propuestas sobre la mesa
“Casi todas las normativas para reducir la dependencia de combustibles fósiles están dadas, lo que falta, como siempre, es que se implementen”. Así comenta Víctor Murillo, exviceministro de Hidrocarburos. El, junto a Navarro, comparten algunas propuestas efectivas para paliar futuras alzas del precio del petróleo:
1. Impulso a grifos GNL
De acuerdo a Murillo, hay normas aprobadas para que el Estado promueva el uso de GNL (gas natural licuado) en el transporte de carga pesada pero a la fecha, el 50% del combustible que se comercializa es diésel, que sigue siendo demandado por los transportistas. “El diésel mueve la economía y por eso los transportistas ahora hacen paros”, señala.
El sector privado comenzó a ejecutar algunos proyectos. En el 2019, Quavii anunció una inversión de US$ 3 millones para el desarrollo de dos grifos de GNL que se ubicarían en La Libertad y Áncash. En el 2021, Cálidda y Contugas también evaluaban la instalación de estos grifos y apuntaban a alianzas con importadores de vehículos con tecnología a GNL.
“Hoy los camiones ya pueden llegar hasta Piura con GNL y hasta cierto punto del sur, pero la Carretera Central aún está ausente en los proyectos; hacia Ayacucho, que también es una ruta de alto tránsito también debería tener instalaciones de este tipo. Y, más adelante, continuar con las vías de penetración; pero falta apoyo del Estado”, añade Navarro. ¿Qué más falta? Financiar también el cambio de motor de diésel a GNL, responde.
2. Incentivos tributarios
En línea con la propuesta anterior, Murillo menciona que para darle velocidad a la modernización al parque automotriz de vehículos de carga, el Gobierno debe contemplar incentivos tributarios para que importen camiones de GNL.
“Una iniciativa así moverá mucho el mercado que es lo que necesitamos en este momento, se requiere reunir a los ministerios de Transportes, de Ambiente y de Economía para plantear estos beneficios que impulsen un cambio en los activos de los camiones”, sostiene.
El pasado 27 de marzo, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) anunció el inicio del programa de chatarreo bajo dos modalidades, el voluntario con el cual el dueño del vehículo podría obtener un bono; y el obligatorio, de aquellos vehículos almacenados.
A propósito, Navarro mencionó que los bonos que se otorguen por el chatarreo deben ser utilizados para la adquisición de vehículos a GNL o gas natural u otro tipo de energía limpia. “Se debe apostar por lo menos contaminante”.
3. Gas natural vehicular
De acuerdo a datos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), a la fecha, se han convertido 16,388 vehículos con motor a gasolina a GNV y 5,633 automóviles de GLP convertidos a GNV. Pero las cifras aún son bastante bajas respecto a la cantidad de vehículos que tiene el parque automotor solo en Lima. “Falta promoción”, comenta Murillo. De hecho, el Ejecutivo tiene aún S/ 200 millones para conversión vehicular a gas natural sin utilizar desde diciembre del 2021.
Por eso Navarro, quien fue director de Hidrocarburos del Minem, menciona que “todo debe empezar por casa”. Es decir, que el mismo Ejecutivo establezca que los vehículos del Estado -incluidos los que movilizan a los congresistas- pasen a ser GNV. “¿Por qué todavía hay vehículos del Estado que incluso usan gasolina de 98 octanos que es la más cara?”, cuestionó.
4. La electromovilidad
Pero más allá del transporte de carga, ¿Qué opción hay para los vehículos menores? Murillo y Navarro coinciden, en cierta medida, con la electromovilidad. Si bien un vehículo de estas características puede costar 40% más que uno a diésel, a largo plazo el usuario sí vería un ahorro por el costo de la energía frente al combustible.
Para este año, la Asociación Automotriz del Perú (AAP) proyecta que se duplicaría el número de vehículos electrificados (híbridos y eléctricos) vendidos, pues varias marcas comenzarían a apostar por su importación. El gremio, además, dijo a Gestión.pe recientemente que esperaba que el Gobierno tomara en cuenta varias de sus propuestas para que al 2025, el precio de un vehículo electrificado sea casi igual al del diésel.
A corto plazo, Murillo enfatizó en la importancia de que el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) realice un seguimiento minucioso de los precios de los combustibles en los grifos tras la incorporación de varios combustibles al Fondo de Estabilización de Precios, y mostrar quiénes son los agentes cumplidores.
Por su parte, Parodi refirió que la medida del Gobierno -de incluir nuevos combustibles al Fondo- para que reduzca el precio del petróleo en el mercado interno, debe tener en cuenta que a medida que continúen las conversaciones entre Rusia y Ucrania y se recupere la producción en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), el precio comenzará a estabilizarse.
“Hay que tener cuidado con los subsidios ciegos a los transportistas porque no todos usan el combustible para fines laborales y preocupa el financiamiento de este subsidio”, advirtió.