Los protestos de letras, pagarés y otros títulos valores que respaldan el pago de las deudas asumidas por empresas y personas se aceleraron en los últimos meses, a medida que el menor dinamismo de la actividad económica y comercial afectó el cumplimiento de tales obligaciones.
El protesto es la constancia del incumplimiento de las obligaciones por parte del deudor, que se presenta ante el Registro Nacional de Protestos y Moras (RNPM) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Noviembre y diciembre últimos fueron los meses en que hubo más registros de impago. En todo el 2023, el número de los títulos valores (letras, pagarés y facturas) protestados ascendió a 257, 971, cifra que denota un incremento de 35.48 % respecto del año precedente.
Incluso dicho número refleja una aceleración en el crecimiento de los documentos impagos, pues en el 2022 aumentaron a menor ritmo (25.9%), según datos analizados por Milagros Longa, jefa del mencionado registro de la CCL.
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Impago de letras y pagarés crece a mayor ritmo
“En el ultimo trimestre del año (2023) hubo mayor morosidad y mayores registros (ante el RNPM) en un contexto de recesión, de mayores atrasos en el sistema financiero. Se cayeron proyectos (de inversión) en medio de la menor actividad económica”, refiere.
“Esta evolución está referida a un incumplimiento de pago de las empresas, con el incremento de la morosidad del sistema financiero, porque el registro se compone de morosidad protestada, judicializada y reportada por falta de pago”, dice.
Pero los reportes de impago no provienen solo del sistema financiero, sino también de notarías de Lima y provincias, y de las propias empresas proveedoras de otras compañías. En estos casos, el titulo valor (como la letra) debe estar previamente firmado –por el deudor- y luego reportado directamente en la cámara de comercio de la jurisdicción correspondiente, detalla.
Las facturas no escapan a esta tendencia. Estos títulos se están volviendo un documento cada vez más usado por las empresas para obtener liquidez por adelantado, al ceder la factura a alguna institución financiera o firma especializada de factoring.
Pero, a la par, esa mayor utilización se traduce en incumplimientos de pago –por parte de las empresas obligadas a cancelar la factura- por la desaceleración económica, señala Longa.
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Imcumplimiento de letras, pagarés y facturas
El 50% de los documentos protestados por falta de pago fueron letras; el 34%, pagarés, y el 15%., facturas negociables, según la Cámara de Comercio de Lima.
El monto total de valores protestados, tanto en soles como en dolares, ascendió a S/ 9, 144 millones en el 2023, con un crecimiento de 29.7% respecto del año previo.
Otra tendencia preocupante, explicada por el debilitamiento de la economía, es que el porcentaje de los documentos protestados que se regularizaron, descendió en el 2023 a 21%. Normalmente, en periodos anteriores, ese porcentaje fluctuaba entre 25% y 30%, menciona Longa.
Tal evolución indica que hay menos deudores que pueden recuperarse, ponerse al día en sus pagos y, de esta forma, levantar el protesto de sus letras o pagarés.
Enrique Castellanos, docente de la Universidad del Pacífico, manifiesta que el mayor ritmo de protestos obedece al deterioro de la capacidad de pago de personas y empresas, tras la recesión en que se sumió el país el año pasado. Este mismo impacto se observa en los balances de las entidades financieras, con un descenso en la calidad de sus carteras de crédito, agrega.
“Es como la resaca de los últimos dos o tres años. La economía no se ha recuperado de la pandemia es una constancia de lo que está pasando en la economía de las personas y en la situación financiera de las empresas, que se condice con los indicadores de cartera atrasada del sistema financiero, que están aumentando”, sostiene.
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Pagos de empresas este año
El debilitamiento de los pagos de las empresas continúa en lo corrido del año, precisa Longa.
“En estos primeros meses esta todo ralentizado. Se siente un poco lento el proceso de venir a regularizar y levantar los protestos, porque no hay liquidez (de los deudores) para poder cumplir con sus obligaciones”, comenta.
“Incluso este febrero está bastante dormido. Podría ser que las empresas están abocadas a la campaña escolar, o no buscan mayor endeudamiento porque no se sabe qué pasará con el Fenómeno de El Niño. No hay dinamismo para regularizar protestos; no se ve al menos en estos dos primeros meses. Es un poco incierto el panorama”, expresa.
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Mancha que queda en los deudores
Los títulos valores pueden reportarse en el Registro Nacional de Protestos y Moras al día siguiente de la fecha de vencimiento, aunque tal decisión depende del dueño de ese documento, precisa Milagros Longa.
La ley permite reportar el incumplimiento por un periodo de tres años, lapso en el cual el emisor de dichos valores puede continuar con sus acciones de cobranza, refiere.
El incremento de los montos protestados y el hecho de que estos títulos no se regularicen, derivan en una acumulación de deudas que es perjudicial no solo para los acreedores, sino para los mismos deudores, cuyo record es afectado por el incumplimiento de tales obligaciones, señala la ejecutiva.
“El cliente (deudor) va a quedar con una mancha hasta que regularice su obligación”, afirma.
Las empresas pueden hacer sus consultas en línea en el referido Registro Nacional.
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