Si bien la matriz energética del Perú se sustenta en el uso de combustibles derivados del petróleo, cada vez el consumo de gas natural va ganando terreno, y según cifras oficiales, ya desplazó a la hidroelectricidad como segundo proveedor de energía al Perú. Seguiría en alza.
Así lo revela un análisis de mercado de hidrocarburos que realizó la consultora Arthur D. Little (ADL) para la empresa Petroperú y que pronostica un crecimiento de dos dígitos en la demanda del referido gas para este y el siguiente año.
Ese estudio se basa en el Plan de Energía al 2025 del Ministerio de Energía y Minas (Minem), en las estadísticas del gas natural, en un estudio de mercado del Gas Licuado de Petróleo (GLP) del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin), entre otros documentos.
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Evolución del consumo
El informe muestra cifras según las cuales, en 2022, ya el consumo de gas natural (para generación eléctrica, uso industrial, vehicular, residencial y comercial) había superado el uso de energía producido con hidroeléctricas.
A detalle, menciona que mientras el 2021 la energía, medida en petajoules (PJ) era de 290 PJ para el gas natural y de 300 PJ para la hidroelectricidad, en 2022 ese valor se revirtió, y que dicho gas pasó a un consumo de 320 PJ, versus 290 de la energía hidráulica, alcanzando el primero un crecimiento anual del 10.34%.
Pronóstico para este año y el siguiente
Para el 2023, la previsión era que el consumo del gas de Camisea habría alcanzado los 320 PJ, un crecimiento del 12.5% frente al 2022; y el de la energía hidroeléctrica retrocedido a 280 PJ. En la matriz energética nacional, el uso de derivados del petróleo se mantiene en primer lugar, con un promedio de 520 PJ de la energía consumida.
Para el 2024, el estudio de ADL indica que el pronóstico es que se habrá consumido ya energía basada en gas natural del orden de 400 PJ, cifra que sería mayor en 11.1% respecto al 2023.
Para el 2025, el pronóstico es que el consumo de ese insumo gaseoso llegaría a 440 PJ (un alza proyectada de 10%), es decir casi duplicaría la demanda del 2020 (que era de 260 PJ).
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Producción declina
Pese al aumento de la demanda de ese gas y su proyección al alza, su producción está declinando, en medio de una ausencia de inversiones en exploración, que permitan reponer sus reservas, que se consumen desde hace 20 años.
Según cifras de Perupetro, de enero a mayo último, la producción nacional de gas natural alcanzó 1,336 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd), volumen que resulta inferior en 4.76% si se lo compara con el mismo periodo del 2023.
Esa tendencia de caída continuó en junio, pues, de acuerdo con la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), en ese mes se produjo 1,445 mmpcd, cantidad menor en 10.2% frente a los 1,607 mmpcd del mismo periodo del 2023.
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La merma se explica por menor extracción del citado combustible, de los lotes 88 y 56, que forman parte del yacimiento de Camisea.
Más aún, para el cierre de año, Perupetro pronostica que la producción total de ese gas alcanzaría los 1,364 mmpcd, que resultaría inferior en 3.5% comparado con los 1,415 mmpcd del 2023.
¿Qué sustentaría un mayor consumo este año?
Según el exviceministro de Energía, Arturo Vásquez, el aumento de la demanda de gas natural este año es una posibilidad sustentada en dos factores, el primero por el fenómeno de La Niña, que traería déficit de lluvias y, por consiguiente, menor producción hidroeléctrica y más generación con gas. En segundo lugar, el mayor crecimiento de la economía (y el consumo).
No obstante, para el especialista, el problema no es que vaya a faltar gas en el corto plazo, sino que, como no hay inversiones para explorar nuevos yacimientos de gas, no se están reponiendo las reservas que se consumen, y se puede afectar también la provisión de líquidos de gas natural, de los que se produce GLP.
Inversiones en exploración
Vásquez explicó que, si no se invierte en nueva exploración en los yacimientos de Camisea, es porque el consorcio del mismo nombre, ya cumplió con sus compromisos de inversión contenidos en su contrato de concesión.
Vale recordar que el contrato en mención culmina el año 2040, es decir, que la producción se mantendría aún por los próximos 16 años.
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En tal sentido, el también director de Investigación de la Escuela de Postgrado Gerens, señaló que la alternativa es que Perupetro empiece ya negociaciones con el consorcio Camisea para definir si continuará (después del 2040) con la producción de gas, pues proyectos de los que se habla ahora, como la petroquímica, requieren contratos de suministro de largo plazo.
Además, indicó que Perupetro tiene que hacer una campaña urgente para promover nuevas inversiones en exploración en zonas (con potencial identificado) como el Cusco, Madre de Dios o Puno, que forman parte de la misma cuenca sedimentaria.
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Medidas de reactivación
El presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos, Felipe Cantuarias, pidió al Gobierno que se adopte un paquete de medidas que permita reactivar las inversiones en el sector energético, e impulsar la masificación del gas natural en las regiones.
Mencionó -en comunicado de ese gremio- que se requiere medidas para dar predictibilidad y seguridad jurídica a las inversiones, mediante la reducción de los plazos para la obtención de las licencias de exploración que, en el Perú, puede tomar cuatro años, mientras que en otros países de la región tarda entre cuatro y ocho meses.
Citó que, de enero a mayo de 2024 las inversiones en el sector hidrocarburos fueron de US$142 millones, de las cuales solo US$1 millón corresponden a exploraciones, es decir, no se están reponiendo las reservas de gas y petróleo, poniendo en riesgo la seguridad energética del país.
Comunicador social. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e Inglés en la PUCP. Diplomado en Economía y Finanzas en la Universidad de Esan.
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