La economía peruana crecería 3% este año, según las proyecciones de septiembre del Instituto Peruano de Economía (IPE). Pese a esta cifra, las estimaciones para la inversión privada sufrieron un ajuste considerable.
Este indicador, principal creador de empleos de calidad, crecería 1.6% en el 2024, cifra que se ajustó desde 2.7% (proyección de junio). En contraparte, la inversión pública crecería 12.1% este año, cifra que se ajustó al alza desde 5.4%.
“Es clave reactivar la inversión privada para tener tasas más altas de crecimiento económico, pero -además- para que se genere un circuito económico positivo a través de más empleos, nuevos emprendimientos y más salarios. La inversión privada es el elemento clave y no se le está dando toda la importancia que debería tener. Nos hemos ‘conformado’ con crecer, pero sin revisar la calidad de ese crecimiento”, comentó Víctor Fuentes, gerente de Políticas Públicas del IPE.
A su consideración, el riesgo político y la incertidumbre alrededor de hacer una inversión impactan. Además, hay otros factores, como temas municipales o regulaciones contrarias a la inversión.
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Déficit fiscal
La principal preocupación del Perú, hoy en día, es el déficit fiscal. El IPE proyecta que este cerraría el 2024 en 3.2% del PBI, por encima del nuevo “techo” (2.8%). “La consolidación fiscal propuesta por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) traslada, en la práctica, la responsabilidad fiscal al siguiente Gobierno”, apuntó.
Fitch Ratings es “menos optimista” y proyecta un déficit fiscal de 3.8% del PBI para este año.
Víctor Fuentes indicó que los ingresos tendrían que crecer 13% y los gastos caer más de 2% entre agosto y diciembre para alcanzar la meta del MEF.
“El MEF ha subestimado consistentemente el gasto en personal y al mismo tiempo ha sobrestimado el crecimiento del PBI. Ese desequilibrio puede afectar la consolidación fiscal para los siguientes años. Ese es el principal reto económico para el 2024 y hacia adelante”, anotó. Fuentes consideró que es el único riesgo real para una rebaja de calificación.
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Calificación
Saul del Real, director de Soberanías de Fitch Ratings, se refirió a la calificación del Perú. Recordó que actualmente el país se ubica en BBB, con un outlook (perspectiva) negativa.
“Creemos que una gobernanza débil podría continuar afectando el crecimiento y las perspectivas fiscales con relación a los pares del país (...) la dinámica actual sigue siendo desafiante en el país y esto está generando alta incertidumbre política”, explicó.
En este contexto, octubre próximo se vuelve una fecha relevante. “Cuando contamos con un outlook positivo o negativo, nos gusta ‘resolverlo’ en 24 meses. El outlook para Perú fue puesto en octubre del 2022, y en octubre de este año se cumplen los 24 meses”, mencionó Del Real.
Agregó que: “Ahora lo que estamos evaluando son las cuentas fiscales, cuáles son las perspectivas para el mediano plazo y cómo va a impactar esto el nivel de deuda en relación con los pares. Estamos analizando la gobernanza y si percibimos un deterioro adicional en el mediano plazo. También (estamos revisando) el crecimiento económico, es bueno tenerlo, pero tenemos que ver la calidad”.
En otro momento, Del Real recordó que la trayectoria fiscal es un factor clave para dicha calificación. “Dicho esto, las presiones de Petroperú llegan en un momento en el que el Soberano enfrenta otros desafíos fiscales”, anotó.
Indicando que si se aportara ayuda a la petrolera estatal, como inyecciones de capital, “podría impactar en la trayectoria del déficit fiscal y la trayectoria de la deuda (...) Esto podría debilitar nuestras perspectivas de la calificación”.
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Factores
“Estamos cerca del nuevo análisis y hay tres cosas que podrían gatillar la rebaja de la calificación: evidencia en la dinámica política que esté afectando la recuperación económica; mayores caídas en la gobernanza; o una flexibilización material de la política fiscal que conduzca a un aumento de la deuda del Gobierno”, anotó Del Real.
Del otro lado, una recuperación sostenida en el corto y mediano plazo; políticas fiscales prudentes que mantengan la deuda relativamente estable; o una reducción de los riesgos políticos podría darle un mejor escenario al país.
Ingresos. Otro indicador que vale la pena analizar es el de los ingresos de las familias. Fuentes recordó que, en el primer semestre, el empleo total creció 0.5% y el formal en 1.4%. “El mayor dinamismo del segundo semestre, junto con una inflación bajo control, acelerarán la recuperación de la capacidad de gasto de los hogares. Esta aún se ubica 6% por debajo del nivel prepandemia”, indicó.
Editora de Economía y coordinadora de ESG del diario Gestión. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Con casi 10 años de experiencia profesional en el rubro.
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