La Reserva Federal (Fed) subió su tasa de interés de referencia a un día tres cuartos de punto porcentual, en un esfuerzo por enfriar el brote de inflación más intenso desde la década de 1980, con “continuos aumentos” de los costos de los préstamos a pesar de la evidencia de una desaceleración de la economía.
“La inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, y las presiones más generales sobre los precios”, dijo el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), encargado de fijar las tasas, al elevarlas a un rango entre 2.25% y 2.50% en una votación unánime.
El FOMC añadió que sigue “muy atento” a los riesgos de inflación.
Pero, aunque el aumento del empleo se ha mantenido “robusto”, “los indicadores recientes de gasto y producción se han suavizado”, añadió el comunicado.
Con el alza de 75 puntos básicos del mes pasado y las de mayo y marzo, la Fed ha subido sus tipos de interés un total de 225 puntos básicos este año, en medio de su lucha contra la inflación.
La tasa de interés se encuentra ahora en el nivel que la mayoría de los funcionarios de la Fed consideran que tiene un impacto económico neutro, marcando de hecho el fin de los esfuerzos de la era de la pandemia para fomentar el gasto de los hogares y las empresas con dinero barato.
El último comunicado sobre política monetaria ofreció pocas orientaciones explícitas sobre las próximas medidas que podría tomar la Fed, una decisión que dependerá en gran medida de si los próximos datos muestran que la inflación empieza a ralentizarse.
Dados los datos más recientes, que muestran que los precios al consumidor aumentan a más de un 9% anual, los inversores esperan que el banco central de Estados Unidos suba la tasa de política monetaria al menos medio punto porcentual en su reunión de setiembre.