¿Cómo avanzan los proyectos mineros en etapa de construcción? El Ministerio de Energía y Minas (Minem) estimó –en octubre del 2018– el inicio de construcción de seis desarrollos mineros para este año.
En concreto proyectó –para el 2019– el inicio de construcción del proyecto Corani (con una inversión estimada de US$ 585 millones). A lo que se suma 4 proyectos brownfield con una inversión equivalente a US$ 1,456 millones.
Estos son: Ampliación San María, Optimización Lagunas Norte, Integración Coroccohuayco y ampliación Pachapaqui.
El Minem también estimaba que el proyecto Tía María, de Southern Copper, iniciaba su construcción este año “luego de obtener el permiso de construcción respectivo”. (ver cuadro)
Como se aprecia en la gráfica, la inversión proyectada para este año por la puesta en marcha de proyectos en construcción era de US$ 3,441 millones. No obstante, las estimaciones realizadas por el Minem cambiaron dramáticamente en su último reporte de setiembre de 2019.
Ahora se espera para este año US$ 110 millones en inversión por la construcción de un proyecto extractivo: específicamente por la Ampliación del proyecto Santa María, que paso de ingeniería de detalle a la etapa de edificación.
De la cartera prevista en octubre de 2018, se estima ahora que al menos tres proyectos empiecen su construcción el 2020 y ya no este año.
Se trata de los proyectos Corani, Integración Coroccohuayco y ampliación Pachapaqui. Igualmente prevé para el 2020 el inicio de construcción de Yanacocha Sulfuros, Optimización Inmaculada y San Gabriel: sumando en total 6 los proyectos extractivos que empezarían a construirse.
La inversión proyectada para el próximo año es de US$ 3,959 millones. (Ver cuadro)
¿Qué genera la postergación de estos proyectos? Carlos Gálvez, expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), explicó a Gestión.pe que se debe a que se están creando condiciones nuevas para la inversión como es el caso de Coroccohuayco de la empresa minera Antapaccay.
“En el caso de Coroccohuayco había una consulta previa (pendiente). Ahora se están creando un número adicional de consultas previas -entre siete u ocho- entonces, en esas condiciones ya nadie sabe qué cosa puede ocurrir con esas consultas previas. Ahí hay un alto nivel de incertidumbre, (por lo que) la compañía tiene que esperar que buenamente se lleve a cabo las consultas previas, que está en manos del Estado”, detalló.
En el caso de la ampliación Pachapaqui de la minera junior International Consolidated Minerals, el ejecutivo refirió que su postergación está relacionada con el financiamiento necesario para su ejecución. “Con los precios (de los minerales) como están y las perspectiva para el zinc y plomo hacen difícil pensar en que eso (el financiamiento) se concrete”, comentó.
En tanto, que el atraso de Corani de la minera junior Bear Creek, estaría relacionado con la constante conflictividad social en las áreas circundantes en la que está ubicado el proyecto minero (Puno). “Por lo tanto, es razonable que la empresa considere esperar a que las condiciones sociales y políticas se tranquilicen para tomar una decisión de inversión, ya que no se puede ir contra viento y marea, sino se puede generar otro Tía María respecto de Corani”, subrayó.
En este proyecto se estima una inversión de US$ 585 millones; mientras que en Pachapaqui y Coroccohuayco, se prevé el desembolso de US$ 117 millones y US$ 590 millones, respectivamente.
A esto se suma, el panorama incierto de ‘Tía María’ de Southern Copper Corporation, que –a diferencia de la proyecciones efectuadas por el Minem el 2018– en el boletín estadístico de setiembre ya no está incorporado, ni para el 2020, 2021 y 2022.
“Tía María está en un claro nivel de incertidumbre por no haber un ejercicio de liderazgo desde el Estado para convencer que el proyecto es importante. Que no le llame la atención que se vuelva a postergar cinco años más”, vaticinó Gálvez.