Mark Zuckerberg solía querer que a todos les gustara Facebook Inc. Ahora ya no le importa.
Zuckerberg, director ejecutivo de Facebook, advirtió que este año adoptará posiciones fuertes y controvertidas sobre los problemas que enfrenta su empresa. Hará los cambios tras haber sido informado que, durante la última década, Facebook no comunicó sus planes claramente porque a su administración le preocupaba ofender a las personas. “Esto condujo a un sentimiento positivo pero superficial hacia nosotros, y luego hacia la compañía”, dijo Zuckerberg en una llamada de ganancias el miércoles. “Mi objetivo para la próxima década no es caer bien, sino ser entendido. Porque para ser confiables, las personas necesitan saber lo que representas”.
Durante la última década, Facebook ha invertido mucho en monitorear si la compañía y su equipo ejecutivo eran apreciados y respetados, o si se les consideraba innovadores. Era un ejercicio que parecía encajar con el gigante tecnológico que creó el icónico botón “Me gusta” y surgió con la monetización de los intereses de los usuarios. La compañía ha encuestado regularmente a los usuarios sobre lo que piensan acerca de Facebook, preguntando igualmente si creen que está teniendo un impacto positivo en el mundo. Zuckerberg contrató a redactores de discursos y consultores con experiencia política. En el 2017, Zuckerberg hizo una gira multiestatal, a fábricas, granjas y cafeterías, con fotógrafo profesional a cuestas. Una ofensiva encantadora que se asemeja a una campaña presidencial.
La estrategia no ha funcionado. Zuckerberg se ha convertido en un saco de boxeo favorito para políticos, reguladores e incluso famosos. La empresa ha sido fuertemente criticada desde todas las puntas, enfrentando simultáneamente comentarios de que la empresa permite desinformación perjudicial para extenderse demasiado rápido. También lidia con ataques sobre su moderación de publicaciones de usuarios, bajo acusación de que equivale a censura. Algunos señalan que el modelo de negocios de Facebook se basa en un nivel aterrador de vigilancia de sus usuarios, mientras que otros presionan contra los planes de la compañía para cifrar los datos en sus aplicaciones de mensajería, diciendo que esa medida crearía un refugio para depredadores y delincuentes.
Zuckerberg dice que es hora de tomar partido. Él presionará por el cifrado, dijo, “en contra de aquellos que dicen que la privacidad ayuda principalmente a las personas malas”. También intentará limitar el control de Facebook sobre lo que dice la gente y cómo se organizan en la red social. Además, defenderá el modelo de negocio basado en publicidad de Facebook, que aunque se basa en los datos del usuario, dijo que equivale a “defender servir a todas las personas en el mundo”, no solo a aquellos que pueden pagar una tarifa de suscripción.“Estas posiciones no siempre serán populares, pero creo que es importante para nosotros afrontar estos debates”, dijo Zuckerberg. “Pueden esperen más acciones similares este año”.
Estos asuntos de debate público no son prioritarios en la mente de los inversionistas. En la llamada de ganancias del miércoles, presionaron a Facebook para que revelara más sobre sus últimas iniciativas de crecimiento, más allá de la publicidad en las noticias de la red social. Las acciones de la compañía cayeron 6.1% el jueves por preocupaciones de que su crecimiento se desacelerará y se volverá más caro.
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