Toyota Motor anunció que suspende “hasta nuevo aviso” sus operaciones en Rusia, debido a las “interrupciones en la cadena de suministros” y ante el impacto de las sanciones internacionales a Rusia por la invasión de Ucrania.
El fabricante nipón ha anunciado en un comunicado que paraliza, desde el 4 de marzo y hasta nuevo aviso, la producción en su planta de San Petersburgo así como la importación de vehículos, “debido a interrupciones en la cadena de suministro”.
El fabricante automovilístico nipón afirmó también que el resto de su producción y las operaciones de venta en el resto de Europa “no se ven afectadas”, en un comunicado.
De acuerdo a la compañía, Toyota cuenta con 168 puntos de venta y servicio en Rusia y una fábrica en la ciudad de San Petersburgo, con capacidad para producir 100,000 vehículos anualmente y donde se manufacturan los modelos Rav4 y Camry, principalmente para el mercado interno ruso.
El líder nipón del automóvil inició la producción de vehículos en Rusia en el año 2007, habiendo producido 80,000 vehículos el año pasado.
Toyota suspendió también todas sus actividades en Ucrania el pasado 24 de febrero, donde cuenta con 37 puntos de ventas.
“Toyota observa el desarrollo de los acontecimientos en Ucrania con una gran preocupación por la seguridad de la población de Ucrania con la esperanza de que se vuelva a la paz lo antes posible”, afirmó la compañía japonesa.
“Como compañía con operaciones en Ucrania y en Rusia, nuestra prioridad es hacer frente a esta crisis para asegurar la seguridad de los miembros de nuestros equipos, personal y socios de la cadena de producción”, señaló.
Otros fabricantes nipones del sector también están viendo afectadas sus operaciones a Rusia.
Honda Motor ha suspendido el envío de vehículos y motocicletas a Rusia, aunque en este caso la compañía ya había planeado interrumpir sus exportaciones a Rusia con anterioridad y a partir de abril de este año, debido a la caída continua de las ventas.
Mazda Motor planearía, por su parte, detener la exportación de componentes a su fábrica ubicada en el este del país debido al temor por las sanciones que aíslan financieramente a Rusia, según informaciones recogidas por la agencia local Kyodo.