(G de Gestión) Aldo Tapia, CEO y director ejecutivo de Siderperu-Gerdau, revela la estrategia y los planes de inversión de la siderúrgica, los cuales, dice, no deberían cambiar drásticamente luego del proceso de sucesión (el ejecutivo se alista para asumir un cargo regional dentro del grupo). Adelanta que la inestabilidad de los últimos meses se compensará con exportaciones; se buscarán oportunidades para crecer en el sector minero y en laminación, y para llegar a más zonas del país, y se modernizará el muelle de Chimbote. Las expectativas sobre el sector de la construcción para lo que queda del año son positivas.
¿Cómo les está yendo en el 2023, tras los altibajos del año pasado y de este?
El 2021 y el 2022 fueron los mejores años en la historia de la empresa. El 2021 cerramos con un ebitda cercano a los US$ 145 millones, y el año pasado, con US$ 102 millones. Si lo vemos en contexto, en comparación con los niveles del 2019, nuestro ebitda creció cerca de 95%, y la utilidad neta, alrededor de 150%. La situación se empezó a complicar este último trimestre por problemas políticos, que generaron caos social. Con las carreteras bloqueadas, era difícil despachar y recibir materias primas. En enero de este año continuó el impacto. Febrero se recuperó y, cuando pensábamos que la tranquilidad iba a seguir en marzo, tuvimos un fenómeno natural que vuelve a bloquear carreteras y a inundar ciudades, lo que disminuyó nuestras expectativas. Sin embargo, confiamos en que el resto del año va a ser bueno. Siempre el segundo semestre es mejor que el primero.
¿Cuál fue el impacto de marzo?
No pudimos despachar cerca de 12,000 toneladas, que representan el 18% de un marzo común. Estuvimos cerca de cinco o seis días bloqueados. Pero vamos a recuperar ese impacto en los siguientes meses.
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¿Cómo lo harán?
Con exportaciones. Hemos conseguido clientes interesantes.
¿Normalmente qué porcentaje de las ventas de Siderperu representan las exportaciones?
La exportación representa más o menos el 5% de nuestras ventas. Este año también será 5% o 6%, no más. Nuestra prioridad siempre ha sido el mercado local.
¿A qué mercados van a exportar?
Es en la región, pero no lo puedo adelantar. Ya está casi cerrado el negocio. Nuestra principal zona de exportación es Bolivia o algún país donde no esté presente Gerdau, que llega a nueve en Latinoamérica. A Bolivia exportamos tubos, alcantarillas y barras de construcción. También importamos chatarra de ahí. Es un país con el que tenemos una excelente relación, y que está en crecimiento.
¿Cuál es la proyección para el 2023?
Crecer cerca de 4% en relación con los resultados de ventas del 2022 [S/ 2,743 millones]. Si todo se mantiene como pensamos, el nivel de facturación debería crecer, salvo que ocurra un cambio brusco y el precio del acero disminuya. Nuestra perspectiva es que el precio se mantenga o suba hasta diciembre, debido al crecimiento de todas las materias primas con las cuales se fabrica el acero.
¿Cómo se distribuyen las ventas de Siderperu?
Lima representa el mercado más importante. Al estar ubicados en el norte del Perú, tenemos una buena participación ahí. En el sur también participamos, pero no somos mayoría.
¿Qué participación de mercado tienen en el Perú?
Entre las dos siderúrgicas hay aproximadamente el 90% del mercado. Siderperu tiene prácticamente la mitad, principalmente en barras de construcción para el sector de construcción civil. Existe 10% de producto importado. No es fácil ingresar al país. Es sísmico y tiene un canal de distribución muy fuerte. Por eso debemos defenderlo bien. Nuestro objetivo es tener costos competitivos a escala internacional.
¿Cuál es el costo del acero en la actualidad?
No puedo anunciar mi costo, es información confidencial. Pero nos permite competir en cualquier momento y con cualquier jugador.
Inversiones y resultados
El año pasado invirtieron US$ 17 millones (capex).
Sí, el monto se destinó principalmente a la laminación, a la sostenibilidad de nuestra planta, y a la renovación y modernización de equipos. Tenemos un proyecto grande en laminación que se está ejecutando año a año. También vamos a modernizar nuestro muelle en Chimbote.
¿Cuál es el monto de inversión previsto para el 2023?
Este año tenemos programado un desembolso aproximado de entre 25 y 30 millones de dólares, principalmente para modernización y mantenimiento de nuestro muelle en Chimbote, laminación, acería y renovación de equipos. En lo que respecta a la operación industrial, mantendremos los mismos montos de los últimos años. Nosotros tenemos inversiones modulares; es decir, invertimos lo que consideramos que haya que invertir para acompañar el crecimiento del mercado peruano. Por ejemplo, nuestros laminadores han incrementado su capacidad en más de 100,000 toneladas en los últimos cuatro años.
El año pasado las ventas fueron superiores a las del 2021, pero la utilidad fue menor. ¿A qué se debió?
El año pasado tuvimos el impacto de la guerra en Ucrania. Eso ocasionó que se corten las cadenas de suministro a escala global y que se incremente el precio de las materias primas con las cuales se hace el acero. A diferencia del 2021, que tuvimos un mejor escenario desde el punto de vista de alineamiento de factores, hubo un costo de inventario de acero bajo, que se pudo vender a un precio interesante, apoyado por el precio del acero internacional.
En el 2022 el precio del acero aumentó, pero el costo del inventario y de las materias primas no fue el mismo que el del 2021, y esto ocasionó que el margen ebitda del 2022 disminuya en comparación con el 2021. Yo diría que volvió a un nivel más normal para nuestro negocio, entre 14% y 15%. En el 2021 fue de cerca de 22%, atípico para la industria.
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Han sacado una nueva línea de producción. ¿Cómo les está yendo?
En los últimos 18 meses hemos venido implementando la nueva línea de tubos electrosoldados. Esa inversión finalizó al cierre del 2022 y ya estamos fabricando los tubos. Esperamos que los resultados se vean este año: tener un mayor margen y crecer en participación de mercado.
¿En qué consisten las otras líneas de negocio?
Tenemos productos orientados a los sectores de construcción civil, industria y minería. En construcción civil hay, principalmente, barras de construcción de todas las medidas. Este negocio representa cerca del 80% de nuestras ventas; el 20% que resta lo componen las líneas de industria y minería. En industria tenemos electrosoldados, perfiles de acero, mallas electrosoldadas, alcantarillas —que vendemos aquí y en Bolivia de manera importante— y guardavías —con cerca del 80% de participación—. En el sector minero vendemos barras para molienda de minerales y bolas de acero, que traemos de la planta de Gerdau en Estados Unidos y de Chile. Nuestros productos nuevos son alambres, clavos, y queremos seguir creciendo en el negocio de mallas electrosoldadas. También brindamos soluciones de ingeniería y participamos en obras muy importantes, como la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez.
¿En qué línea buscan crecer?
El sector de construcción civil viene creciendo muy fuertemente en los últimos años. La minería depende mucho de los precios de los minerales, que han estado buenos y mantienen buenas perspectivas. Por eso, nos interesa crecer en participación de mercado en el sector minero. Consideramos que tenemos oportunidades ahí con los productos de los que actualmente disponemos.
¿A cuánto quisieran llevar la participación en ese sector?
Podemos crecer mucho. Este crecimiento se ha visto limitado por la capacidad de disponer de bolas y barras de acero para el mercado peruano, que se consumen mucho. Hoy tenemos más capacidad, se han ampliado nuestras operaciones a escala mundial. De estar abocados a la pequeña minería, queremos ir ahora a minas más grandes. También tenemos expectativas de crecer en industria. Hoy contamos con cerca de 22% de participación de mercado en la línea de tubos y queremos llegar a 30% en los próximos cuatro años.
¿Cuál es la capacidad de producción que tienen en el mercado peruano?
La capacidad de producción de barras de construcción en Chimbote es de cerca de 540,000 toneladas anuales, dependiendo del mix. Nuestro objetivo es llegar a las 600,000 toneladas a finales del 2024. La expectativa es que el país va a seguir creciendo, y en nuestro mapa están las inversiones y la estrategia necesarias para acompañar ese crecimiento, pero de nada nos sirve ampliar capacidad si el mercado local no crece. Hay que hacerlo también en capacidad de acería, en abastecimiento y procesamiento de chatarra, y nuestros almacenes y logística tienen que responder a esa necesidad. Es una estrategia industrial, pero nuestro foco está en crecer en productos laminados.
Perspectivas
¿Cómo van los ratios de endeudamiento?
Siderperu venía trabajando sin deuda en los últimos años, lo cual no es tan bueno. Entonces, hemos empezado a tener deudas de corto plazo, principalmente de capital de trabajo para importar materias primas y ciertos productos que comercializamos. El ratio de deuda versus ebitda es menor al 1%, lo que consideramos muy saludable. Es parte de nuestra nueva estrategia para los siguientes años.
¿Evalúan adquisiciones?
Sí, a escala global. En este momento nos estamos enfocando en un crecimiento interesante en otros países, como Brasil, Estados Unidos y México, que benefician también al Perú. Aquí siempre evaluamos adquisiciones. Pero en el corto plazo no hay ninguna oportunidad concreta; más bien, se han descartado.
¿A cuánto ascienden las importaciones?
Más o menos entre el 15% y el 20% de nuestra venta total se compone de productos importados, principalmente de Brasil. Por ejemplo, línea de perfiles, productos semiterminados como bovinas, chatarra, y parte de nuestra línea de barras de construcción.
¿Qué perspectivas tienen para el sector de la construcción este año?
Tenemos la expectativa de que el sector se va a recuperar en el segundo semestre del año. Lo que ha pasado en el primer trimestre no estaba dentro de nuestras proyecciones [lluvias, problemas sociales y bloqueos de carreteras]. Pero el crecimiento del PBI no siempre está correlacionado con lo que realmente sucede en el día a día. Por ejemplo, 80% de la venta de barras de construcción se da en el mercado de autoconstrucción y 20% son las grandes obras. La autoconstrucción se enfrenta a la inflación, que es global, y a tasas de interés más altas, condiciones que no ayudan a que el sector se dinamice. Sin embargo, después de la pandemia notamos un cambio en la conducta de compra de nuestros clientes. El concepto de “vivienda” se modificó y hubo más remodelaciones, ampliaciones. Así, tenemos expectativas de que el sector no caiga en el 2023. Esperemos que crezca algo, pero que se mantenga ya va a ser bueno. El crecimiento se logrará ganando más cobertura. Hay zonas del país donde aún tenemos oportunidades, como la Amazonía y el centro, y ya lo estamos ejecutando.
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Temas pendientes
¿Cómo va el proceso de reclamo a la Sunat por aproximadamente S/ 70 millones?
Es un problema que tiene cerca de 20 años. Nosotros consideramos que tenemos la razón; existe un primer fallo en esa línea, pero hay una apelación que se resolverá pronto. Representaría un ingreso de caja importante para nosotros.
¿Qué costearían?
Ya tenemos un plan estratégico para la empresa, que va más allá de recibir este dinero o no. Siderperu y Gerdau no tienen problemas de caja. Esta es una situación aparte, que esperemos que se dé por el bien de la empresa, pero no hay relación con los planes de inversión. Estos ya están mapeados y se vienen cumpliendo.
¿Qué contingencia financiera podrían generar los 1.087 procesos laborales en trámite?
Existen demandas de hechos que ocurrieron hace muchos años en la empresa, incluso antes de que yo llegara hace 15 años: vacaciones reclamadas, préstamos no cobrados o cobrados de manera inadecuada. Están en trámite y nos toca respetar lo que diga la autoridad. No nos generan ninguna contingencia representativa.
Nuevo liderazgo
Aldo Tapia, CEO y director ejecutivo de Siderperu-Gerdau, asumirá el cargo de director ejecutivo de Gerdau Aceros Especiales Brasil. “Es un gran desafío. Es la primera vez que una persona de Latinoamérica que no sea de Brasil va a liderar esa operación en los 120 años de la empresa”, dice Tapia.
Lo sucederá en el cargo en el Perú Marcos Mattiello, gerente ejecutivo de la planta de Gerdau en Charlotte, Estados Unidos.
El ejecutivo peruano señala que el nuevo liderazgo “no tiene por qué implicar un cambio importante” en la estrategia de la compañía o el plan de inversiones. Tampoco habrá otras movidas en la primera línea gerencial.
Análisis
Con vientos en contra
A escala regional, Gerdau, propietaria de Siderperu, cuenta geográficamente con cuatro divisiones: Norteamérica, Acero Especial, Brasil y Sudamérica (Argentina, Uruguay y el Perú).
Durante la conferencia de resultados del cuarto trimestre del 2022, realizada a principios de marzo, Gustavo Werneck, CEO de la compañía, dijo que en el mercado argentino la demanda de los sectores de construcción, agricultura, energía y minería estimularon las ventas locales el año pasado. Se espera, para el 2023, un desempeño positivo específicamente en el sector de construcción en Argentina. Y un panorama similar se avizora en Uruguay.
“En el Perú, a pesar de la incertidumbre política local, la demanda de acero continúa en buenos niveles, impulsada por la industria de la construcción. […] Por lo tanto, nuestra perspectiva para esta operación comercial sigue siendo positiva en Sudamérica”, indicó Werneck. Aldo Tapia, CEO y director ejecutivo de Siderperu-Gerdau, de igual manera, tiene perspectivas positivas para el sector de la construcción.
Inversión pública y privada
Más allá del optimismo, existen factores que podrían jugar en contra en el ámbito sectorial local, donde prácticamente la totalidad del mercado está en manos de Siderperu-Gerdau y Aceros Arequipa.
“Lo que hemos visto durante el primer trimestre ha sido una menor inversión privada, lo que, a su vez, afecta el dinamismo de la autoconstrucción. Los drivers negativos han sido las protestas y los factores de tipo climático, como las lluvias”, indica César Romero, jefe de Research de Renta 4 SAB.
Tomando en cuenta la posibilidad de ocurrencia de un fenómeno de El Niño costero (al cierre de esta nota aún no se había confirmado), Romero considera que este segundo factor negativo podría permanecer durante el resto del año.
Por el lado de la inversión pública, el panorama no es alentador. “Consideramos que terminaría reduciéndose, puesto que las nuevas autoridades comentan que tienen dificultades para el financiamiento de obras, pues deben destinar fondos para la emergencia”, indica Romero.
En cuanto a grandes proyectos de inversión, al menos en el corto plazo, la que mayor acero podría demandar es, como manifiesta el especialista de Renta 4 SAB, el desarrollo del proyecto minero San Gabriel, de Buenaventura.
Proyecciones
A diferencia de lo que ocurre a escala global, en que el 50% de la demanda de acero corresponde a la construcción y la mitad restante a diversos sectores, en el Perú el consumo por el sector de la construcción es marcadamente mayor.
Así, ante este panorama el sector crecería menos que el 6% obtenido el año pasado, según calcula Romero. Aceros Arequipa alcanzaría un incremento del 1% o menos (Renta 4 SAB) y, de acuerdo con Aldo Tapia, Siderperu-Gerdau alcanzaría un desempeño de 4%.
Las exportaciones no serían un elemento que impulse el crecimiento, pues, como la industria del acero “es un oligopolio, el manejo de precios es mucho mejor a escala local”, concluye Romero.