Por Tim Culpan
El informe de ganancias y las perspectivas de Samsung Electronics Co. reflejan pesimismo. Muchos están sorprendidos. Las señales positivas de su rival en el negocio de los chips Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. y el poderoso Apple Smartphone habían hecho pensar que el gigante surcoreano dejaría lo peor en el pasado.
El corolario aquí es que una marea alta no levanta todos los barcos.
A simple vista, como una de las compañías de tecnología más grandes del mundo, sería razonable pensar que Samsung debería verse beneficiado por el cambio del que disfrutan sus principales rivales.
En realidad, una de las principales razones por las que Samsung enfrenta dificultades mientras que otros se recuperan es que las grandes fortalezas de la compañía —los chips de memoria y las pantallas— son precisamente las partes más débiles del sector tecnológico en este momento.
Su unidad de semiconductores registró una caída de 56% en los ingresos operativos del período y su negocio de pantallas se contrajo 77%. Juntas, estas divisiones de componentes generalmente aportan entre la mitad y dos tercios de sus ganancias. Ni TSMC, Intel Corp. o incluso Advanced Micro Devices Inc. incursionan en dichos commodities. Cuando las cosas van bien en los sectores de memoria y pantallas, Samsung se dispara porque es el mayor proveedor mundial de ambas. Pero cuando las cosas van mal, como ahora, es el que más afectado se ve.
Ese problema continuará este trimestre en ambas divisiones, y en una conferencia telefónica, los ejecutivos señalaron que una sostenida debilidad en la demanda afectará tanto los ingresos como las ganancias.
Los alcistas encontrarán señales positivas si lo desean. Con toda seguridad, el mercado de chips de memoria seguramente mejorará a medida que avance el año, pero ¡caramba!, no podría empeorar mucho. Y todo el mundo —desde TSMC hasta Intel y Xiaomi Corp.— está apostando por que un lanzamiento 5G aumentará las ventas en todos los ámbitos.
El hecho de que TSMC, Apple e Intel registraran sólidos resultados y entregaran optimistas proyecciones no significa que todas las empresas del sector se verán beneficiadas de un cambio en el hardware.
La brecha de 1.5% entre las estimaciones y los resultados de Samsung en los ingresos netos fue un quiebre tras los dos trimestres anteriores, cuando superó las estimaciones de los analistas. Ya conocíamos las cifras de ventas y operaciones gracias a los resultados preliminares proporcionados a principios de este mes que insinuaban que las cosas habían tocado fondo y apuntaban a señales positivas a futuro. Los ingresos operativos cayeron 34%, pero superaron las estimaciones, lo que hace que esta débil cifra de utilidades netas sea confusa.
La única división que no tuvo ese problema es la de teléfonos inteligentes, un campo de juego en el que Apple también participa. Las ganancias operativas de esa división aumentaron 67% frente al año anterior. Pero Samsung señaló que la cifra solo se mantendrá “estable” este trimestre, ya que un esperado aumento de los ingresos derivados de los nuevos modelos, incluido un teléfono plegable, será contrarrestado por mayores costos de comercialización.
Al final, puede ser mejor mirar la realidad. Samsung ha elegido una estrategia que le permite dominar una parte selecta de la industria tecnológica. Desafortunadamente, eso significa verse principalmente afectado cuando tal apuesta no da resultados.
Esta columna no refleja necesariamente la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.