Los beneficios de la empresa energética española Repsol se redujeron un 25% en el 2023, por la volatilidad de los precios del petróleo e inversiones realizadas por la empresa para diversificar sus actividades.
El grupo, muy presente en América Latina, generó un beneficio neto total de 3,168 millones de euros (US$ 3,433 millones), según los resultados publicados por la compañía el jueves.
En el 2022, Repsol había registrado un resultado récord de 4,251 millones de euros, gracias al aumento de los precios del petróleo.
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Los resultados del año pasado se explican por la volatilidad de los precios del petróleo y el gas, que cayeron a principios de 2023 y aumentaron en los últimos meses.
Asimismo, Repsol dijo haber hecho en ese periodo inversiones por 6,174 millones de euros (US$ 6,690 millones), dentro de su plan anunciado en el 2020 para avanzar hacia la “descarbonización” de la empresa.
Un 42% de ese monto se destinó a proyectos en la península ibérica y otro 30% a la producción de energías renovables, según el grupo dirigido por Josu Jon Imaz.
Con ello, Repsol instaló 1,100 megavatios de energía renovable, elevando la capacidad total del grupo a 2,800 megavatios, principalmente en España, añadió.
Repsol, que presentó este jueves los objetivos actualizados de su plan estratégico, dijo querer continuar con el elevado nivel de inversión, con entre 16,000 y 19,000 millones de euros previstos en los próximos cuatro años.
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El grupo alcanzó sus buenos resultados el año pasado pese al impuesto excepcional sobre los beneficios de los grandes grupos energéticos que aplicó el gobierno de izquierda español, para financiar medidas de apoyo al poder adquisitivo.
La medida debía expirar a finales del 2024, pero los socialistas y sus aliados en el gobierno de coalición de la izquierda radical de Sumar acordaron hacerla permanente antes de la reelección de Pedro Sánchez como jefe del ejecutivo en noviembre.
En respuesta, la empresa energética advirtió de que podría reducir sus inversiones en España, ya que considera que el impuesto “castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales” y “generan empleo”.
Repsol dijo haber pagado el año pasado 10,446 millones de euros (US$ 11,326 millones) en impuestos en España.