El fabricante francés de automóviles Renault espera producir al menos 300,000 vehículos menos este año debido a la escasez mundial de chips semiconductores, informaron tres fuentes cercanas a la empresa, un impacto mucho mayor que el estimado anteriormente.
Los problemas de suministro costarían a Renault, que publicará sus ventas del tercer trimestre el viernes, más de un tercio por encima de los 220,000 vehículos menos que había previsto a principios de septiembre.
Un portavoz de Renault no quiso hacer comentarios.
Las acciones de la compañía, que cotizan en París, bajaban alrededor de un 4% a las 1228 GMT.
“Las previsiones cambian todo el tiempo, pero el déficit será de entre 300,000 y 400,000 vehículos”, dijo una de las fuentes.
Eso representaría al menos el 8% de los 3.75 millones de vehículos que Renault vendió en el 2019 prepandémico.
Las otras dos fuentes dijeron que la cifra podría estar entre 350,000 y 380,000 vehículos.
El proveedor de información IHS Markit, con sede en Londres, dijo a Reuters que la escasez podría costar a la industria automotriz alrededor de 11 millones de vehículos en producción perdida este año.
La carencia de chips ha llegado en el peor momento posible, dijo el martes el grupo de presión del sector del automóvil PFA, mientras los fabricantes de automóviles se recuperan de las interrupciones por el coronavirus y se orientan hacia la producción de vehículos totalmente eléctricos.
Según PFA, las limitaciones en el suministro de chips podrían prolongarse hasta el 2022.
Renault dijo durante el verano que los vehículos eléctricos representarían hasta el 90% de las ventas de su marca Renault en el 2030, pero la escasez de componentes ha obligado a los fabricantes de automóviles de todo el mundo a reducir o incluso suspender la producción.
Todos los coches fabricados este año en la Unión Europea deben cumplir la normativa comunitaria que limita las emisiones medias de CO2 de los vehículos nuevos a 95 g de CO2/km, pues de lo contrario se enfrentan a fuertes multas.