En momentos de crisis profunda y duradera, como los que venimos enfrentando por la pandemia del Covid-19, lo primordial es aceptar la realidad. “Los negocios y la economía en general se han reducido de manera abrupta. La recuperación económica tomará un par de años, si tenemos una gestión adecuada. No será inmediata”, afirma Ives Huaytán, socio de Restructure.
Esto obliga a tomar decisiones (por más duras que parezcan) para que la empresa pueda sobrevivir y estar en condiciones de financiar su crecimiento cuando se vaya acentuando el período de recuperación. Para ello, resulta crucial mantener el efectivo lo más que se pueda, utilizándolo en lo prioritario, y las fuentes de financiamiento (proveedores, bancos, nuevos accionistas) para poder crecer.
Además, Huaytán sugiere adaptar las formas de hacer negocio y gestionar a un entorno mucho más virtual e impersonal. “Este proceso tomará un tiempo, pero es inexorable. El conocimiento del cliente y de los productos y servicios que se ofrecen es hoy más valioso que nunca para lograr una adecuación exitosa en el ámbito digital”, explica.
Reestructuración: mecanismo óptimo en época de crisis
La reestructuración empresarial es un proceso transversal a todas las áreas de una compañía (ventas, marketing, logística, tesorería, gestión humana, etc.) que implica cambios de políticas de créditos, aprovisionamientos, cobros y pagos, financiamiento, entre otros, que tienen un impacto en el flujo de caja y la viabilidad de la empresa.
“El principal objetivo de un proceso de restructuración empresarial es lograr que la compañía pueda seguir operando para cumplir con sus compromisos con el personal, clientes, proveedores y grupos de interés en general. La reestructuración permite proteger los activos y el patrimonio de la empresa y de los accionistas”, explica el especialista.
¿Cómo enfrentar una reestructuración empresarial?
Huaytán recomienda seguir los siguientes siete pasos para realizar una reestructuración empresarial exitosa:
- Realizar un diagnóstico real de la situación, determinando el nivel de ingresos y de efectivo del que realmente dispone la empresa
- Hacer una proyección conservadora para este año y, como mínimo, para los dos siguientes también
- Priorizar las actividades principales y destinar los recursos a lo imprescindible (aplanar la estructura de la compañía)
- Eliminar toda actividad redundante y buscar la excelencia operativa
- Capitalizar resultados acumulados y préstamos de accionistas
- Cerrar o vender las líneas de producción o negocio que no sean rentables
- Vender activos que no se vayan a utilizar y diferir nuevas inversiones que no sean imprescindibles hasta estabilizar el flujo de caja
Para evitar el cierre de una empresa es fundamental sincerar la situación del negocio, de acuerdo al nuevo contexto, así como gestionar con los acreedores cronogramas de pago ajustados antes de que las obligaciones entren en morosidad y se pierda la condición de sujeto de crédito.
“Cuanto más tiempo pase sin ejecutar las medidas listadas para una reestructuración empresarial, más profunda será la crisis y menor la posibilidad de superarla”, asegura Huaytán.