Es dinero más que suficiente, a precios actuales, para comprar un GameStop, dos AMC Entertainment y cuatro Bed Bath & Beyonds.
No las acciones, sino las empresas completas.
La suma estimada, US$23,200 millones, es la cantidad que los 15 principales administradores de fondos de cobertura con las mayores ganancias de la lista anual de Bloomberg obtuvieron colectivamente en 2020, un año que cobrará gran importancia en los anales de Wall Street.
En medio de la pandemia del COVID-19, el movimiento Black Lives Matter, el brexit y demás, casi todos estos administradores de fondos se habrían convertido en multimillonarios en un solo año, si la mayoría de ellos no lo fueran ya. El mayor ganador, Chase Coleman, ganó US$3,000 millones por sí solo en 2020, según el índice de multimillonarios de Bloomberg.
Estas recompensas no tienen precedentes en la industria de fondos de cobertura. El contexto también desentona: la pandemia del siglo, la economía del asilamiento social y, ahora, el espectáculo de millones de inversionistas amateur que aumentan su poder adquisitivo en línea para enfrentarse a veteranos en apuestas sobre las acciones de GameStop, AMC y otras.
El hecho de que 15 personas, todos hombres, pudieran ganar tanto dinero tan rápidamente ilustra la amplia brecha entre los ultraricos y el resto de los mortales en un momento de alto nivel de desempleo y división sobre el alcance de la respuesta del Gobierno.
Esto demuestra “la desconexión entre el mercado de valores y la economía real”, dijo Reena Aggarwal, directora del Centro para políticas y mercados financieros de la Universidad de Georgetown. Si bien la alta volatilidad y las bajas tasas de interés impulsaron los fondos de cobertura, gran parte de la población tuvo “preocupaciones sanitarias, laborales, de pagos de hipotecas y préstamos estudiantiles”, dijo.
Coleman, de 45 años, lleva años ganando. Comenzó su carrera como analista de tecnología en Tiger Management, de Julian Robertson, y su fondo Tiger Global Investments ha apostado fuertemente en tecnología, especialmente en gigantes emergentes en Asia.
Incluso antes de que el mundo escuchara hablar de Wuhan o de los mercados húmedos, la firma de Coleman en Nueva York había acumulado participaciones significativas en Zoom, Peloton y JD.com, una cartera posicionada casi perfectamente para la experiencia sin precedentes de miles de millones de personas atrapadas en sus hogares.
El fondo de Coleman tuvo un retorno de 48% el año pasado, lo que resultó en grandes comisiones. Sin embargo, la mayoría de sus ganancias se derivaron de su participación en el fondo. Una de las apuestas más exitosas de Tiger Global fue en Sunrun Inc., lo que convirtió una inversión de US$340 millones en la compañía de energía solar en US$1,500 millones.
Otros fondos que apuestan en tecnología, como Coatue Management, Viking Global y D1 Capital, también figuran en la lista de Bloomberg, que no incluye las ganancias de sus negocios de capital de riesgo que son cada vez más importantes.
Bill Ackman, quien posicionó en corto los mercados crediticios a principios del año pasado para proteger su cartera y luego apostó por la recuperación, aparece en la lista por primera vez. Ganó US$1,300 millones, en gran parte debido al alza de 83% de las acciones de su fondo Pershing Square Holdings Ltd.
Dos fondos administrados por el fondo cuantitativo Renaissance Technologies registraron pérdidas superiores a 30%. Pero su fondo Medallion ganó 76%, suficiente para generar una ganancia estimada de US$2,600 millones para el fundador, Jim Simons, quien se retiró como presidente el mes pasado. Medallion, abierto solo a empleados, ha logrado rendimientos anualizados de cerca de 40% desde su debut en 1988.
Ninguna empresa de la lista quiso comentar.