En el programa del pasado miércoles 27 de octubre de “La Nueva Empresa”, Alejandro Salem, socio de Lucha, y Ariana Tola, encargada del Proyecto Verde en Lucha, ofrecieron detalles sobre su nueva iniciativa orientada a dar soluciones empresariales ante la crisis climática y la deforestación que se viene dando en el Perú.

La Nueva Empresa” es el espacio de capitalismo consciente del movimiento Lucha y la marca Gestión, que es difundido en redes sociales todos los días miércoles desde las 4 pm. En esta oportunidad, el proyecto de turno de la octava edición del programa trató sobre las oportunidades de cumplir con Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como ciudades y comunidades sostenibles, acción por el clima, y producción y consumo responsables.

En este sentido, la falta de conciencia ambiental y las prácticas de producción y consumo insostenibles están afectando el equilibrio del ecosistema, lo que ha llevado a una crisis climática sin precedentes. Lucha Startup Studio nace con el propósito de reconocer problemáticas sociales y ambientales y generar un impacto positivo desde el sector privado.

Los países de Latinoamérica, especialmente los que somos guardianes de una parte de la Amazonía, venimos deforestando la selva a una velocidad preocupante, causando la pérdida de captura de carbono, la degradación de los suelos y afectando los ciclos de agua”, expresa Salem. Como consecuencia, añade, la Amazonía puede llegar a convertirse en un desierto, lo que sería un resultado catastrófico para la humanidad.

Sobre la base de estos riesgos para la población, el Proyecto Verde ha decidido centrarse en la actividad de reforestación como camino de solución, pues el equipo de Lucha tuvo la oportunidad de conocer a un grupo de personas que trabajan en un área de conservación privada de cultivo forestal en Madre de Dios.

El problema de la deforestación va más allá de talar árboles y quemarlos, se ha perdido el valor de la naturaleza en términos económicos y de orgullo, dado que no se está aprovechando el potencial de los recursos naturales”, comenta Tola. Por ello, uno de los pilares del proyecto será fomentar conciencia sobre el potencial de aprovechar estos recursos de manera sostenible en distintos ámbitos como la medicina, alimentación, prácticas de higiene, entre otros.

Por su parte, Salem afirma que “la reforestación no puede ser solo un acto de caridad o compensación por parte de las empresas. La práctica tiene que generar valor económico, impulsar trabajo y sustento para las familias que viven alrededor de los bosques a través de estos servicios forestales, y, a su vez, aportar al crecimiento económico del país”.

Además, comenta que en el área de conservación privada se tiene la posibilidad de crear un gran corredor biológico que conecte los corredores biológicos de las reservas de Tambopata y Tahuamanu, lo cual tendría un impacto gigante para la flora y fauna de la zona.

Asimismo, expresa que algunas oportunidades de negocio podrían estar orientadas a aprovechar y poner en valor los recursos que crecen en estas zonas. “Se pueden diseñar productos que generen ingresos para las personas que viven allá o también vender estos productos y usar lo recaudado como subsidio para reforestar”, precisa Salem.

No obstante, Lucha todavía se encuentra evaluando todas las distintas rutas de negocio alrededor de la actividad forestal de esta área para generar el mayor impacto posible. “Actualmente estamos conversando con especialistas y empresas de este rubro para evaluar qué opción es la más adecuada, sin embargo, el objetivo final es reclutar un ejército climático para cambiar esta realidad tan dura y generar un impacto para la sociedad” afirma Tola.