Después de varios meses a los que no dudan en calificar como “duros”, la cadena de pollerías D’Carbón ha empezado a recuperar el terreno perdido durante el tiempo que mantuvieron cerradas sus puertas.
Y para retomar sus planes de crecimiento, el grupo viene afinando los detalles para concretar las primeras franquicias de su marca de pollos y parrillas.
Según detalla Eliana Gallardo, gerente general de D’Carbón, las franquicias se otorgarán bajo el formato “cocina oculta”, que consiste en la apertura de locales enfocados exclusivamente en la atención para delivery.
“La pandemia ha hecho que nos reinventemos y en clara atención a la nueva normalidad, el formato ‘cocina oculta’ permitirá que los nuevos locales de D’Carbón sean más pequeños y solo para atender vía delivery”, dice.
Explica que, a diferencia de otros formatos, el franquiciatario deberá contar con un local de entre 40 m2 y 60 m2 y para la atención solo requerirá de cinco colaboradores, lo que en términos monetarios se traducirá en una menor inversión, la misma que sumaría alrededor de US$ 50,000, incluidos los US$ 15,000 del costo de la franquicia.
“La pandemia todavía tiene para rato y por eso confiamos en que este formato va a pegar, sobre todo en los sectores que todavía prefieren evitar salir para no exponerse al contagio”, afirma segura de que la primera franquicia de D’Carbón abrirá sus puertas en el segundo trimestre del 2021, pues ya están en conversaciones con varios interesados.
Es más, como antes del estallido de la pandemia, la apertura de un tercer local estuvo entre los planes de D’Carbón para este año, Gallardo sostiene que es muy probable que el tercer local de la marca de pollos y parrillas se concrete en el 2021 bajo el formato de “cocina oculta” y “el distrito de Jesús María podría ser una opción para su ubicación”.
Remodelación y ventas
Pero lo que sí han podido concretar este año, a pesar de los costos que tuvieron que asumir con sus trabajadores durante el tiempo que sus locales permanecieron cerrados, es la remodelación de su primer local ubicado en la avenida La Marina, en La Perla, para lo que han invertido alrededor de S/ 150,000.
Con una nueva cara y con el aforo reducido a un 50% (50 personas), las ventas de este local han empezado a recuperarse, sobre todo después que se levantara la restricción para la atención en sala, y según calcula su gerente general, actualmente su facturación mensual oscila entre S/ 300,000 y S/ 320,000.
“Antes de la pandemia estábamos entre S/ 280,000 y S/ 300,000 en La Perla, mientras que en San Miguel llegábamos a cerca de S/ 200,000, pero nos ha ido bastante bien”, señala.
Reconversión
En el caso de Sonata Café, su local que desde el 2016 combinaba la cafetería con la diversión nocturna (bar y karaoke), la empresaria asegura que el golpe ha sido más notorio por lo que han tenido que apelar a la reconversión para evitar el cierre del local.
“De restobar hemos pasado a ser exclusivamente una cafetería, y también hemos implementado una pastelería fina y una sanguchería como tal. Esa remodelación del local y la adquisición de los equipos nos ha demandado más de S/ 80,000 y como hemos tenido buena aceptación es muy probable que el karaoke ya no tenga fecha de retorno”, remarca.