BioNTech SE y Pfizer Inc. tienen la capacidad para producir este año hasta 3,000 millones de dosis de su vacuna contra el COVID-19, lo que eleva su objetivo de producción, incluso cuando aumenta la presión para renunciar a sus patentes y aumentar el suministro global.
En el 2022, los socios aumentarán aún más su capacidad a más de 3,000 millones de dosis, indicó BioNTech en un comunicado enviado por correo electrónico. Aunque los objetivos de producción no son los mismos que los pedidos en firme, los incrementos duplican con creces lo que los socios habían dicho que podrían elaborar hace menos de seis meses.
Ante el aumento de la demanda de vacunas contra el COVID con tecnología de ARN mensajero, un nuevo avance que se ha convertido en un puntal del esfuerzo de inmunización–, Pfizer y BioNTech han elevado en reiteradas ocasiones sus objetivos de producción.
En marzo, los socios habían dicho que podrían elaborar este año 2,500 millones de dosis de su vacuna, que requiere la administración de dos dosis para completar el tratamiento.
El último aumento se conoce después de que el Gobierno de Estados Unidos sorprendiera a la industria farmacéutica al anunciar su apoyo a una exención de las protecciones de patentes para las vacunas contra el COVID.
La Unión Europea y China manifestaron su voluntad de participar en el debate, aunque autoridades de la UE han advertido que las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio demorarán meses o años y que una exención podría no incluir la tecnología de ARNm.
Las acciones de BioNTech y otros desarrolladores de vacunas redujeron las caídas registradas en las últimas horas después de que la canciller alemana, Angela Merkel, se mostrara reticente a la iniciativa de una exención de las protecciones de patentes. El plan de EE.UU. generaría “graves complicaciones” para la producción de vacunas, según una portavoz del Gobierno alemán.
“Las patentes no son el factor limitante para la producción o el suministro de nuestra vacuna”, manifestó BioNTech en el comunicado, argumentando que una exención no aumentaría la producción ni el suministro a corto ni mediano plazo. La preparación y validación de nuevos sitios para la fabricación de vacunas generalmente demora hasta un año, indicó la compañía.
Una alternativa para renunciar a los derechos de patente sería una licencia especial para fabricantes, dijo la semana pasada el director ejecutivo de la farmacéutica alemana, Ugur Sahin, en una sesión informativa con periodistas. Dicha producción tampoco contribuiría mucho al suministro hasta fines del próximo año, indicó.