El Grupo Enel confirmó su salida del país. En medio de una estrategia global para reducir deuda y optimizar su cartera de negocios, la energética italiana anunció un plan de venta por 21,000 millones de euros (alrededor de US$ 21,590 millones), incluyendo los activos en Perú. ¿Cómo y cuándo se concretaría la medida?
La empresa italiana señaló que la mayor parte de esta estrategia de optimización será a fines del 2023, dentro de un plan que se extiende hasta el 2025. En América Latina, la compañía también anunció su salida de Argentina.
Por el contrario, se concentrará en seis países “centrales”, dentro de los cuales ha incluido a Italia, España, Estados Unidos, Brasil, Chile y Colombia, donde, en conjunto, priorizará inversiones por 37,000 millones de euros (US$ 38,080 millones) en los próximos tres años.
Las razones y plazos de la venta en Perú
Desde Milán, el consejero delegado y director general de Enel, Francesco Starace, explicó que la salida de Perú también responde a que la compañía ha alcanzado ya una posición estable de crecimiento y no pueden invertir mucho más por diversas razones en el país.
“No es un juicio, no es que no nos gusta Perú, pero hemos terminado lo que teníamos que hacer y no hay mucho más que podemos hacer comparado con otros lugres. Es una decisión que tomamos con respecto al espacio disponible en un país”, sostuvo.
Consultado por Gestión sobre los postores y plazos de venta, el ejecutivo reconoció que hay partes interesadas y estimó que el proceso se termine en el 2023.
“Perú está en buenas condiciones, hay mucho interés en la compra de los activos. El país es un lugar fiable, depende un poco de la experiencia de cada uno en la trasformación del sistema energético. No se trata de un juicio negativo sobre el marco regulatorio o la política que Perú ha implementado”, añadió.
Días antes, personas cercanas a esta estrategia señalaron que la compañía ya está trabajando con asesores en la disposición potencial y que los activos en Perú podrían estar valorizados en alrededor de US$ 5,000 millones, reportó Bloomberg.
Refirieron que la operación peruana ha atraído el interés preliminar de pretendientes estratégicos y fondos de inversión.
En Credicorp Capital, asignaron un valor de US$ 2,005 millones y US$ 1,245 millones para los negocios de generación y distribución de la empresa, respectivamente.
¿Cuáles son las actividades e inversiones en marcha de Enel en Perú?
En el mercado eléctrico nacional, el Grupo Enel opera en los segmentos de distribución y generación. Enel Distribución Perú tiene actividades en 57 distritos de la capital, donde cuenta con más de 1.5 millones de clientes.
De acuerdo con Osinergmin, dicha cartera representa el 17.9% del total de usuarios de energía a nivel nacional.
Por su parte, Enel Generación Perú es una de las principales generadoras del país, con siete centrales hidroeléctricas y dos centrales térmicas. Asimismo, Enel Generación Piura realiza actividades propias de la generación y la comercialización de energía eléctrica, y mantiene presencia en el negocio de gas natural.
A través de Enel Green Power opera en energías renovables, con proyectos como la central solar Rubí y la central eólica Wayra I, y sus extensiones Clemesí y Wayra Extensión, respectivamente.
Por otro lado, también operan las líneas de negocio Enel X Global Retail, la línea de negocio global activa en las áreas de suministro de energía y eficiencia energética y Enel X Way, dedicada íntegramente a la movilidad eléctrica.
Desde Enel Perú indicaron que tienen hoy un portafolio de proyectos de energía renovable con tecnología solar y eólica por más de 12 GW, localizados a lo largo del país y en diferentes etapas de desarrollo.
“En este grupo no están incluidos los proyectos que estamos construyendo en estos momentos, que son la planta solar Clemesí y el parque eólico Wayra Extensión”, informaron, tras mencionar que estos últimos implican inversiones por US$ 300 millones.
Posibles destinos de fondos e impacto en accionistas minoritarios
Para Andrew McCarthy, analista de Credicorp Capital, la división Enel Américas no presenta una necesidad apremiante de recaudar fondos, considerando que ya tiene pendiente la venta de Enel Distribución Goiás (Brasil). Además, cerró el tercer trimestre con un apalancamiento neto reportado de 1.7x.
En ese escenario, consideró que la venta de Enel Perú apuntaría a obtener fondos para capex de expansión, especialmente en el negocio de energías renovables en Brasil.
“Alternativamente, también podría usarse (o usarse parcialmente) para financiar mayores dividendos”, anotó.
Sobre las implicancias de la venta en los accionistas minoritarios, reconoció que no está claro si el cambio de titularidad de Enel Perú generaría la obligación de lanzar una oferta pública obligatoria para la participación de minoritarios en entidades como Enel Generación Perú y Enel Distribución Perú.
“De ser así, contemplaríamos un escenario en el que habría que designar un evaluador independiente para asignar valoraciones a cada una de las filiales (Enel Generación Piura y Enel Green Power Perú) serían las otras principales dentro del perímetro”, manifestó.
Añadió que el proceso de venta tardaría algunos meses en concretarse, pues deberá superar obstáculos estándar de transacciones de fusiones y adquisiciones como las aprobaciones antimonopolio.
Baja demanda de energía y riesgo país
Sobre el menor espacio señalado por Enel para seguir invirtiendo en Perú, el presidente del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), César Butrón, afirmó que las oportunidades efectivamente son menores por el bajo crecimiento de la demanda energética.
“Enel tenía como política corporativa invertir en energías renovables y resulta que de acá al 2032 nuestra demanda no llegará siquiera a 10,000 MW y si no va a crecer tanto, no hay mucho sitio para más inversiones”, comentó a Gestión, tras mencionar que la demanda este año llegará a 7,300 MW.
Aseguró que hay estudios y proyectos de centrales solares y eólicas presentados al COES por 20,000 MW. Sin embargo, lamentó que no hay demanda de energía ni para la mitad de esas iniciativas, debido a la ausencia de proyectos de inversión que representen un consumo importante.
Por su parte, Anthony Laub, socio fundador de Laub & Quijandría, consideró que la decisión de Enel también responde al actual clima y perspectivas de inversión a nivel local, así como al riesgo país que incrementa la incertidumbre a futuro.
“No es casualidad que salgan de Perú y Argentina, dos países en los que la inversión privada no está creciendo. Evidentemente, se empiezan a deshacer de aquellos activos donde tienen menor proyección a futuro, obedece a las ansias de sacar algo lo más pronto posible para invertirlo en mercados más atractivos”, expresó a Gestión.
Carlos Carazas, analista de Inversiones en Seminario SAB, opinó que la salida de Perú realmente responde a una estrategia global del grupo y que el desempeño de la operación local no habría sido un catalizador de la decisión.
En todo caso, mencionó que Perú no es un “activo gravitante” para el holding. Y es que, medido en energía vendida en TWh, el negocio peruano le aportó 9.6% en América Latina entre enero y setiembre del 2022 (9.6 TWh).
Y en Ebitda, Perú contribuyó con poco menos de un 4% en el consolidado del grupo en el referido periodo.
Fondos e inversores chinos como potenciales compradores
Consultado por potenciales compradores de la operación peruana de Enel, Butrón sugirió que los más interesados serían grupos globales que aún no operan en el mercado local.
De los actuales jugadores, recordó que Engie es la otra empresa grande que se mantiene en operación en el país. De tentar la posibilidad de hacerse con los activos de Enel, recordó que deberá tener la luz verde de las autoridades peruanas encargadas de supervisar transacciones que puedan representar concentración.
En cualquier caso, destacó que los activos de generación son atractivos, pues estos ofrecen alta rentabilidad, en respuesta al nivel de riesgo que implican. En tanto, los activos de distribución brindan menos ganancias, pero son más estables. Aun así, reconoció que este último rubro requiere un tamaño grande y que la condición de atender al público directamente suele ahuyentar a algunos inversores.
Por su parte, Laub estimó que el comprador sería definitivamente una empresa grande con capacidad para asumir activos que, en su cálculo, llegan a un valor de al menos US$ 4,500 millones. Entre ellos, mencionó como posibles postores a fondos de inversión o empresas chinas de energía.
“Son las dos opciones que se manejan y son los mismos que revolotean en mercados emergentes en Latinoamérica”, anotó.
Añadió que China es el principal socio comercial del Perú y es comprensible el interés de inversores de esa procedencia por hacerse de proyectos de energía y minería en este país. “No hay muchas empresas de magnitudes grandes que quieran comerse el riesgo latinoamericano, pero los inversionistas chinos sí porque tienen una lectura diferente”, sostuvo.
Para Laub, los activos de Enel son atractivos en su conjunto, más que de forma individual.
Mercado en fase de desinversión
Para Carazas, quien cubre las operaciones de Enel Distribución en Seminario SAB, el sector eléctrico peruano está una fase de desinversión y Enel se suma a este proceso.
“Las inversiones ya alcanzaron su fase de maduración y aquellos fondos que entraron hace años ya realizaron el trabajo necesario para mejorar el perfil de los activos, por lo que ahora se entra en el momento de realizar inversiones”, comentó.
En el caso de Enel, afirmó que la salida apuntaría a aprovechar una oportunidad para vender activos a precios atractivos, reducir deuda y quedarse con efectivo para nuevas inversiones.
Por su parte, Laub consideró que no le sorprendía el anunció de más operaciones de venta por el clima de negocios que ahuyenta a los inversores menos arriesgados. En tanto, Butrón refirió que aún no hay más transacciones a la vista tras el anuncio de Enel y la puesta en venta de Kallpa; sin embargo, tampoco descartó que sucedan.