Hace tres meses, la sanguchería La Lucha inició su internacionalización. Empezó en Bogotá. Su plan de expansión es ambicioso, pues incluye la apertura de 10 puntos de venta solo en la capital colombiana en los dos primeros años, para luego mirar a otras ciudades como Cali.
La regulación de este país los obligó además a montar una fábrica de pan, comenta Soledad Campos, consejera comercial del Perú en Bogotá. Anota que las empresas peruanas suelen ingresar primero a Bogotá, así como Medellín.
Hay otras ciudades a explotar como Cartagena, Cali, en el rubro agrícola, y Bucaramanga.
Soledad Campos refiere que hay ocho firmas peruanas interesadas en invertir en este país.
En este grupo hay empresas de tecnología y agrícolas. Al respecto, recuerda la presencia de Camposol. “El ingreso de una empresa peruana toma en promedio dos años”, dice.
Campos indica que las firmas peruanas ingresan con un socio local. Incluso, la oficina comercial se ocupa de buscar sinergias, por lo que las ruedas de negocios son muy comunes.
Espacio de ingreso
“Tenemos más de 20 empresas peruanas en Colombia”, señala a Gestión.
La funcionaria destaca las tareas de Belcorp y Yanbal, en el rubro de cosméticos, de Credicorp en servicios financieros, Gloria, y franquicias de restaurantes como Astrid y Gastón, La Mar u Osaka.
Sobre este último, señala, se trata de un caso de éxito, pues pese a que su ingreso demandó US$ 1.5 millones, el retorno tardó solo dos años.
En esta lista agrega a Maido, uno de los 10 mejores restaurantes del mundo. No obstante, aún no precisa si el chef Mitsuharu Tsumura, conocido como Misha, tiene planeado abrir una sede de Maido o iniciar una aventura en Colombia con otra de sus marcas.
Donde hay más avance es en la exportación de productos, sobre todo en rubros como el agroindustrial, minería y servicios.