La tendencia del ‘nearshoring’, impulsada por las tensiones entre Estados Unidos y China, eleva el atractivo de un proyecto mexicano de fundición de cobre propuesto por Southern Copper Corp., al tiempo que crece la demanda de metales refinados.
A medida que Estados Unidos busca reducir su dependencia de cadenas de suministro de rivales geopolíticos y acercar las importaciones a casa, más cobre terminado podría ser absorbido por los fabricantes mexicanos, dijo el director financiero de Southern Copper, Raúl Jacob, el martes en una entrevista.
En la actualidad, las minas de la empresa en México producen más cobre semiprocesado, conocido como concentrado, del que sus plantas pueden manejar, y el resto se envía a fundiciones en alta mar. Por ello, la compañía está considerando gastar más de US$1.000 millones en una nueva fundición en Empalme, en el estado de Sonora.
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“El mercado para comprar concentrado en este entorno será favorable porque habrá otras formas de obtener cobre refinado además de enviarlo a China” dijo Jacob.
Las tensiones entre Estados Unidos y China están rediseñando el comercio mundial (incluidos los mercados de metales que son claves en el abandono de los combustibles fósiles), justo al tiempo que México superó a China como el principal proveedor de bienes a Estados Unidos
Southern Copper está considerando una inversión similar de fundición en Perú para dar servicio a sus minas en ese país, luego de identificar tecnología japonesa que sea más eficiente que sus operaciones actuales.
Aun así, dar luz verde los proyectos de fundición requiere mayor claridad en los planes de expansión minera de la compañía, ya que busca aumentar la producción de cobre de 932,000 toneladas métricas este año a cerca de 1,6 millones de toneladas para 2032. Se estima que las nuevas fundiciones comenzarán a operar en 2029, cada una con una capacidad de 1 millón de toneladas.
Los países ricos en minerales, desde Indonesia hasta Chile, buscan aumentar su capacidad de procesamiento en un intento por reducir la dependencia de las fundiciones chinas y los desechos involucrados en la exportación de concentrados. Sin embargo, se prevé que el verdadero cuello de botella en el cobre —a medida que la electrificación aumenta la demanda— esté en las minas y no en el procesamiento.
Aun así, las plantas existentes de Southern Copper están obteniendo buenos retornos y vender más metal refinado directamente a los fabricantes tendrá beneficios estratégicos, afirmó Jacob. “Cuando vendes concentrado, tienes las fundiciones y los operadores, y no son necesariamente los mejores”.
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