La última vez que las exportaciones peruanas de madera superaron los US$ 200 millones fue hace más de una década. En los últimos tres años se mantuvieron en US$ 120 millones aproximadamente y, debido a la pandemia, el 2020 será el peor de los últimos tiempos: según cálculos de Adex, apenas alcanzarían el 60% del año anterior.
La inmovilización ocasionada por el COVID-19 afectó las actividades previas a la zafra (extracción de madera). Además, la crisis económica ha descapitalizado a las empresas del sector.
En la actualidad, en el sector forestal es predomina la extracción de bosques de producción permanente. Es decir, de las concesiones otorgadas por el Estado a las empresas. Sin embargo, la tendencia global muestra una mayor participación de las plantaciones.
Enrique Toledo, gerente general de Reforesta Perú, comenta que a escala mundial, según la FAO, el 60% del suministro de madera viene de plantaciones forestales y el resto de bosques naturales. Agrega que se proyecta que, dentro de 30 años, las plantaciones alcancen hasta un 90% de participación.
Potencial
A diferencia de las concesiones, las plantaciones se desarrollan en predios forestales y permiten un aprovechamiento de madera más eficiente, pues se puede cosechar en un ciclo de 20 años (hasta cinco veces) madera de un solo tipo que, además, en el caso de Reforesta Perú, permite obtener los mejores resultados a través del cultivo de clones no transgénicos.
“Es verdad que la madera del bosque tiene más precio, pero cuando se multiplica el precio por el volumen, en promedio a nivel mundial, no te genera la caja proyectada como las plantaciones forestales”, explica.
Reforesta Perú ha plantado 850 hectáreas en las regiones de Ucayali y San Martín. Toledo indica que el Perú tiene un gran potencial para plantaciones forestales. Se estima que hoy existen en el país alrededor de 30.000 hectáreas de este tipo de cultivos y hay oportunidades para alcanzar los tres millones de hectáreas para los próximos 30 o 40 años.
“También hay experiencias con el desarrollo de plantaciones forestales para fondos de bonos de carbono, que a la vez crean oportunidades para la agroforestería”, indica.
De las hectáreas plantadas por Reforesta Perú, 400 son de la empresa y el resto de clientes que buscan promover, de la mano de cooperativas, cultivos de madera y cacao o madera y café.
“Las plantaciones tienen una ventaja en cuanto a la velocidad de crecimiento y, además, por su tendencia a la especialización, permite la elaboración estandarizada de productos madereros”, indica.