El abrirse a otros giros de negocio es natural para muchas empresas. Pero otras opciones apuntan no solo a líneas paralelas o vinculadas, sino abrirse a la innovación y emprendedurismo, con la creación de startups.
Aquí calza el corporate venturing, en el que empresas ya constituidas deseen implementar algunos emprendimientos, usualmente tecnológicos.
Ese es el camino que ha elegido Lolimsa, empresa peruana especializada en soluciones tecnológicas para el sector salud, que ha apostado por las corporate venturing, formando Linav, que alberga hasta el momento a tres startups que ya se encuentran en operación, en sus primeras etapas, las cuales no están precisamente en su “core business”.
Rolando Liendo, CEO de Lolimsa, indicó a Gestión que se les ha inyectado un fondo inicial de US$ 100 mil a cada una, y se preparan para tener nuevas startups, además de ver la posibilidad de sumar más socios a su fondo de inversión.
“La ventaja de los corporate venturing es que no necesitan buscar capital. No requieren fondos semillas, por ejemplo. Inician el emprendimiento con inversiones de entre US$ 30 mil y US$ 200 mil, en promedio por cada startups”, sostuvo.
Emprendimientos
Este fondo de inversión tiene ya tres años de creado, y les tomó un año seleccionar los emprendimientos. “Teníamos siete proyectos pero por ahora nos hemos enfocado en tres”, señaló Rolando Liendo.
En esa línea, lo que espera también es generar sinergias con otras startups, y ver la posibilidad de sumar nuevos socios para Linav. “Estamos abiertos a recibir nuevos capitales, locales o extranjeros, o entrar a invertir en otros. Además de las startups que tenemos avanzadas dos más”, refiere.
Por ahora, con el capital que ha inyectado Linav, esperan que, a fines de 2022, alguna de las tres startups alcance ventas por US$ 1 millón.
Linav
En el corporate venturing muchas ideas son internas, no se toman de algún emprendimiento que busque financiamiento, explica Liendo, y es el caso de Linav. “Vimos cuáles eran los sectores más promisorios, y el entretenimiento era uno de ellos”, refiere.
Por ello se lanzó Tenisholic, en entretenimiento digital. Liendo indica que producen equipamiento para jugar tenis en espacios de 2x2 m2, y el equipo se vende en Perú, Chile y Colombia, a través de Saga y Ripley.
Para este segundo semestre se debe ingresar a México y Brasil, y el 2022 a Estados Unidos, mercado que demanda mucho este tipo de tecnología. “Con la tecnología se puede mejorar mucho la performance del jugador social”, refiere.
Qullana
La segunda startup es Qullana, hospital digital que pueda atender una consulta ambulatoria o mayores prestaciones que una atención médica presencial. Actualmente, solo está operando en Perú y el 2022 está previsto se pueda expandir a Chile y Colombia, sin descartar a México, aprovechando su presencia en ese país a través de Lolimsa.
La tercera startup es LaCocinaDeBertha (LCDB) que es un marketplace para emprendedores gastronómicos, que actúa como una plataforma de contratación de comida, que si bien se piloteó en Perú ha dado mejores resultados en España.
“Es diferente a pedir comida en línea, porque el cliente le paga a LCDB y LCDB le paga a los emprendedores gastronómicos, una vez se tenga la conformidad del cliente”, detalló el ejecutivo, quien sostuvo que el foco de esta startup serán los mercados del exterior.
Pros y contras
Rolando Liendo señala que las corporate venturing tienen un board (Comité Ejecutivo) ya formado que pueden ser grandes mentores del emprendimiento.
“La desventaja es que lo que funciona en grande no necesariamente funciona en chico y las startups tienen que moverse más rápido. Pero este mix resulta bastante interesante sobre todo en Perú, donde el mercado de Venture Capital (fondos para emprendedores) es bastante limitado en comparación a Chile, Colombia y México; por este lado, podrían aparecer algunas startups exitosas”, agregó.