Durante la pandemia del COVID-19, la prioridad de las empresas era conseguir crédito para capital de trabajo y mantenerse durante la crisis.
Ahora, muchas de ellas están empezando a recuperarse y en su proceso de crecimiento nuevamente están solicitando créditos para la renovación de maquinaria a través del leasing financiero, señala Arturo García, de ESAN Graduate School of Business.
En diálogo con Gestión.pe el docente indica que hasta antes de la pandemia este tipo de financiamiento venía siendo utilizado por todas las empresas -pequeñas, medianas y grandes-, y luego se paralizó por las medidas restrictivas dictadas por el Gobierno, que hizo a muchas empresas detener operaciones.
A la fecha, precisó, el leasing financiero está volviendo a ser demandado por las compañías para el financiamiento de activos fijos, ya sean bienes muebles (máquinas, equipos o unidades de transporte vinculadas el giro del negocio) y bienes inmuebles (terrenos, locales, etc).
“Desde hace unos meses muchas empresas ya están pidiendo crédito para activos fijos con leasing por las ventajas tributarias, lo que incide en una menor salida de caja”, explica.
Agregó que este mecanismo es utilizado mayormente por aquellas empresas que están en proceso de expansión y renovación de equipos.
“Parte del crecimiento de la capacidad de producción de una empresa incluye ampliar el tamaño del negocio, ampliar el local, las líneas de producción o las máquinas. También, puede ser que la empresa no esté en un proceso de crecimiento todavía, porque se están recuperando los niveles preCOVID, sin embargo, sí es necesario la renovación de equipos”, dijo.
Cómo funciona
Según indica, esta herramienta financiera funciona de la siguiente manera: la empresa interesada busca adquirir un activo fijo y busca en el mercado un proveedor adecuado que le ofrezca dicho activo. Luego, negocia con el proveedor las condiciones del activo que se adquirirá y pide a determinada entidad bancaria un crédito leasing en la cual se presenta la proforma del bien.
El banco evalúa dicha solicitud para ver si ese activo fijo está vinculado con el giro de la empresa y si la empresa tiene capacidad de pago.
De aprobarse el leasing, la entidad financiera compra el activo fijo y se lo da en arriendo (alquiler) a la empresa, que deberá pagar el bien por un determinado plazo pactado. Al término del pago, el activo pasa a la propiedad de la empresa.
Recordó que para bienes muebles, el contrato del leasing suele ser de mínimo 2 años y para bienes inmuebles, de mínimo 5 años.
Ventaja tributaria
Entre las ventajas de esta herramienta es que la empresa puede adquirir y renovar activos fijos sin tocar el capital del trabajo; en tanto el monto del financiamiento es solo por el valor de venta del bien, sin el Impuesto General a las Venta (IGV); aunque este IGV sí se pagará en las cuotas del alquiler y los comprobantes de pago podrán ser usada como crédito fiscal.
De igual manera, la empresa puede hacer uso de la depreciación acelerada de los bienes en el plazo del contrato.
“Si bien el dueño del activo fijo es el banco, la empresa deprecia el activo, dado que el activo tiene que ver con el giro de la empresa y al final será de su propiedad”, dijo García.
Como se recuerda, la depreciación es la disminución del valor de un bien debido al desgaste normal que sufre durante su vida útil. De este modo, tributariamente, las depreciaciones son compensadas al momento de pagar el impuesto a la renta.
El dato
Hasta que la empresa no termine de pagar todas las cuotas del contrato, el bien sigue siendo de la entidad financiera. Recién pasa a propiedad de la empresa al término del contrato y con el pago de un precio previamente pactado.