Para la semana pasada, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) había previsto el inicio de construcción del nuevo terminal del Aeropuerto Jorge Chávez. Aunque ello no se concretó, el proyecto aguarda un pronto despegue.
Y es que, luego que dicho ministerio declarara improcedente la propuesta de Lima Airport Partners (LAP) de modificar el Plan de Desarrollo Aeroportuario (PDA) del aeropuerto para construir el nuevo terminal de forma modular, este concesionario se inició conversaciones para explicar y buscar la aprobación.
Dicha “mesa” o espacio de conversación inició el 15 de diciembre y tiene una duración de 45 días calendario, quedando así 39 días desde hoy. Si bien este plazo puede ampliarse, LAP espera que este periodo no se prolongue para no retrasar las obras.
De extenderse la controversia, el gerente de Real State del concesionario, Arturo Vera, señaló que estarán impedidos de firmar un préstamo que acaban de cerrar para el proyecto. Asimismo, tampoco se podrá iniciar la construcción del nuevo terminal por US$ 700 millones.
“En ambos frentes no nos van a esperar mucho tiempo, estamos preocupados de lograr un entendimiento lo antes posible”, dijo, tras mencionar que solo vienen avanzando en obras no definitivas del terminal.
Los cambios
Sobre las modificaciones, Vera explicó que se planteó una actualización del PDA para una operación dual del actual terminal (temporal) y el nuevo, alcanzando una capacidad para 35 millones de pasajeros al año en el 2024 o 2025 con ambos, en vez de hacerlo solo con el nuevo. Es decir, se cumpliría la meta y el plazo original.
En tanto, el 2025 y 2026 se revisarían los indicadores para decidir la expansión del nuevo terminal en el 2026 o 2027. Dichas obras durarían hasta 24 meses para subir la capacidad conjunta a 45 millones de pasajeros.
Añadió que no se trata de una nueva adenda al contrato de concesión y que el mismo exige cumplir requisitos técnicos mínimos (RTM), así como una inversión no menor de US$ 1,200 millones. Al 2025, el desembolso sería superior a US$ 1,600 millones, con US$ 160 millones adicionales para modernizar el actual terminal.
Observaciones y operación
En la negativa inicial del MTC, Sergio Ocampo, Landside Program Manager de LAP, mencionó que el tamaño de la infraestructura– que iría a 250,000 metros cuadrados en dos terminales en vez de 180,000 m2 nuevos en un solo terminal- y la conexión entre ambos terminales son las principales observaciones.
Sobre esta última, reconoció la preocupación por el modo de tránsito para los trasbordos. Frente a esa situación, adelantó que ubicarán en cada terminal a un grupo determinado de aerolíneas en función de sus alianzas; y dispondrán vuelos domésticos e internacionales en ambos.
De esa manera, estimó que menos de 1% de pasajeros deberán moverse de un terminal a otro para trasbordos. Para ellos se dispondrá un servicio gratuito de transporte por vías internas.
Tarifa subiría más con un solo terminal nuevo
En medio de cambios en la demanda en la industria aeroportuaria por la pandemia del COVID-19, el gerente de Planeamiento Financiero de LAP, Juan Marcos Venegas, explicó que la modificación de la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez responde tanto a la caída de ingresos como a la necesidad de un uso eficiente de la infraestructura. “Teníamos US$ 700 millones más de ingresos, podíamos permitirnos hacer un solo terminal y mudarnos a él en 2025. Hay que hacer un mejor uso de los recursos y para los usuarios será mejor en términos de tarifas”, comentó. En la actualidad, la tarifa aeroportuaria (TUA) del Jorge Chávez es más baja que los terminales de Panamá, Bogotá y Santiago de Chile, que son la principal competencia en la región. Si bien la construcción del nuevo terminal representará un aumento de la tarifa, LAP espera que la propuesta modular permita que esta siga por debajo de varios aeropuertos, a fin de seguir atrayendo aerolíneas. De hacer la construcción en una sola fase, afirmó que el aumento de la tarifa sería mayor.