La inversión sostenible tardó décadas en generalizarse, pero ahora cada semana un gran inversionista tras otro anuncia su compromiso con los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativ).
Pero Kenneth Dart no se unirá a ese club.
El multimillonario es heredero de una fortuna de vasos plásticos. Hace más de dos décadas, renunció a su ciudadanía estadounidense y se trasladó al Caribe, convirtiéndose en el mayor propietario de bienes raíces en las Islas Caimán. Durante años invirtió en deuda soberana en dificultades, y la expresidenta argentina Cristina Kirchner lo llamó “buitre”.
En los últimos seis meses, Dart, de 66 años, ha acumulado silenciosamente una de las clásicas inversiones en el pecado. A través de un vehículo de las Islas Caimán llamado Spring Mountain Investments, Dart ha construido una participación de 7% en British American Tobacco que ahora vale US$6,000 millones. El mes pasado, Spring Mountain reveló una posición separada de US$634 millones en su rival Imperial Brands. El periódico Financial Times informó por primera vez sobre las inversiones en tabaco de la empresa.
Una pequeña parte de las posiciones se suscribieron mediante swaps de rentabilidad total, según los documentos presentados. Este tipo de swaps estuvo en el centro de la implosión en marzo de la oficina familiar Archegos Capital Management, causando miles de millones en pérdidas bancarias.
Apuesta por el tabaco
Spring Mountain es la última de una serie de entidades que Dart ha usado para comprar valores. Anteriormente creó Portfolio Services Ltd., Seneca Investments, EM Ltd., Eastern Capital y LBS Investments. En los últimos años, se han utilizado para invertir en oscuras acciones de biotecnología que representan una fracción de su fortuna, estimada en US$6,600 millones por el Índice de multimillonarios de Bloomberg.
Susanna de Saram, representante de la firma Dart Enterprises de Dart, declinó comentar sobre las decisiones de inversión.
La apuesta de Dart por el tabaco va en contra de una de las tendencias más populares en finanzas: invertir en empresas que se centran en factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo, lo que, en teoría, significa que las empresas tienen perspectivas sostenibles a largo plazo.
La industria del tabaco ha sido durante décadas la antítesis de la inversión en ASG. Dominadas por unos pocos gigantes corporativos, las empresas operan en un mercado que corre el riesgo de ser aplastado por las regulaciones o por los clientes que abandonan el hábito, o mueren a causa de él.
Michael Bloomberg, fundador y propietario mayoritario de Bloomberg LP, matriz de Bloomberg News, ha sido durante mucho tiempo un defensor de las iniciativas de control del tabaco.
Si bien un grupo más grande de inversionistas evita las acciones, esto puede crear oportunidades para aquellos menos preocupados por los resultados sociales de su cartera.
Dividendos
Las acciones de tabaco “eran un billete de ida hasta alrededor de 2016” antes de que las preocupaciones sobre la nueva regulación, especialmente en Estados Unidos, comenzaran a desalentar a los inversionistas, según el analista de Bloomberg Intelligence Duncan Fox.
En los últimos cinco años, el índice MSCI World Tobacco ha caído 32%. Eso ha castigado a los tenedores de acciones a largo plazo, pero ha hecho que los dividendos que pagan las acciones se disparen. British American Tobacco e Imperial Brands tienen una rentabilidad por dividendo superiores a 8%.
Los inversionistas también pueden estar exagerando los riesgos regulatorios —después de todo, las empresas tienen experiencia en adaptarse y beneficiarse de las nuevas regulaciones y obtener beneficios de ellas— y hay un crecimiento potencial en los productos de tabaco alternativos y los nuevos mercados de cannabis, dijo Fox.
Sin embargo, hay una razón por la que tantos inversionistas evitan los valores.
“Fumar ha estado en declive durante las últimas cinco décadas debido a lo que llamamos ASG Squeeze: presiones de las actitudes sociales, la regulación y los impuestos”, escribió en marzo el analista de Citigroup Inc. Adam Spielman. En 10 a 20 años puede que no haya fumadores en muchos mercados, según el analista de Jefferies. Owen Bennett.
Dart ha realizado exitosas apuestas contrarias en el pasado. Ganó miles de millones en empresas como Salomon Inc. y Federal Home Loan Mortgage Corp. y en deuda soberana con problemas, según un perfil de Businessweek de 1995.
Con estudios de ingeniería química, se ha centrado durante mucho tiempo en su cartera de inversiones en lugar de en la empresa familiar, Dart Container, en la que ya no participa ni es propietario. Dart Container, con sede en Mason, Michigan, es dirigida por su hermano, Robert Dart.
En los últimos años, el enfoque de Dart pareció cambiar de los mercados a la promoción inmobiliaria, principalmente en las Islas Caimán, donde ha establecido su residencia. Dart Real Estate ha desarrollado proyectos por un valor de US$1,500 millones, incluyendo hoteles, edificios de oficinas y complejos residenciales, según su página web.