Instruvalve Perú, empresa comercializadora de productos de automatización industrial con ocho años en el mercado, no cumplió con la meta trazada para el cierre del año pasado. De los US$ 1.5 millones que esperaba facturar, alcanzó alrededor del 80%.
Sin embargo, se proyecta un mejor resultado para este nuevo año. “Creemos que va a haber un efecto rebote de la economía”, afirma Marcos Alarcón, gerente general de Instruvalve Perú, quien confía en que la situación política no afectará el día a día de la compañía. El ejecutivo ve con buenos ojos que, por ejemplo, el precio del cobre se mantenga estable, así como las inversiones en las plantas termoeléctricas y de tratamiento de aguas que atiende.
Además, en los últimos meses del año pasado algunos clientes de Instruvalve volvieron a pedir cotizaciones de compras que habían quedado pendientes por la complicada coyuntura, por lo que la compañía espera cerrar nuevas órdenes de compra entre enero y marzo de 2021.
La empresa también ha conseguido nuevas representaciones en el país y entrará a nuevos nichos de negocio, como la industria petroquímica y de gas, y el servicio corrosivo para mineras. “Hemos aumentado nuestra cartera de clientes y de productos (hoy el valor del stock de productos se ha casi triplicado). Con esto, podríamos pensar en un 20% o 30% de industria adicional que antes no atendríamos”, revela Alarcón.
Bajo estas proyectos a nivel del país y de negocio, Alarcón proyecta que Instruvalve superará la meta del 2021 en un 30% este año. La matriz de Instruvalve, en Chile, opera desde hace 16 años y tiene una facturación entre ocho y nueve superior a la del Perú.
Por otro lado, Instruvalve Perú acaba de conseguir la Certificación ISO 9001 a través del concurso para la mejora de calidad continúa promovido por el programa Innóvate Perú. Este logro permite que la empresa optimice sus procesos y sea más eficiente, y mejore su estructura corporativa y sus capacitaciones.
“No tener una certificación ISO no necesariamente hace que una empresa quede fuera del proceso de licitación. Estar certificado tampoco garantiza ganarla, pero nos da una mejor imagen ante nuestros clientes. Entonces, creo que nos va a permitir participar y posicionarnos mejor”, considera Alarcón. “Pero la ISO no garantiza que recibamos una orden de compra si nuestra oferta no cumple a nivel comercial o técnico ni las expectativas de los clientes”, precisa.