La propuesta de reforma tributaria no generaría incertidumbre a la inversión privada según ha señalado el ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, quien este jueves incluso dijo que las cifras respecto al indicador adelantado de bienes de capital están en positivo, lo que reflejaría el ánimo del sector privado de apostar en el país. No obstante, de acuerdo a datos de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), la inversión en importación de bienes de capital para el sector agrícola están cayendo.
Las importaciones de bienes de capital y materiales de construcción sumaron US$ 1,249 millones, creciendo 31.4% en setiembre último respecto al mismo mes del 2020 -superando ligeramente el nivel prepandemia-, alentado por el sector industria y materiales de construcción; aunque la importación de bienes de capital para el sector agricultura se redujo en 5.3%, pasando de US$ 14′786,000 en el 2020 a US$ 13′660,000 en el mes de análisis.
En tanto, el monto totalizado en agosto último también en el segmento de bienes de capital para el sector agrícola sufrió una contracción de 27.37% en comparación a similar mes del 2020; y en julio también se redujo en 13.15%. Entre los productos con menos adquisición figuran las máquinas y aparatos para la agricultura, horticultura, silvicultura y avicultura; también las cosechadoras y trilladoras.
“En el sector no se están generando nuevos proyectos de inversión, no se está invirtiendo en nuevas tierras y el indicador de bienes de capital lo comprueba porque se trata de maquinarias o tecnologías que acompañan los procesos de reconversión o de automatización. Entonces las empresas no crecen y la curva de inversiones se va achatando”, indicó el director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios (AGAP), Gabriel Amaro.
Según el gerente central de Maximixe Economía, Henry Álvarez, en términos anualizados efectivamente el indicador de bienes de capital en los segmentos, principalmente de industria y construcción, denota una tendencia alcista hasta setiembre; “pero comparando los valores mensuales con los del 2019, en el caso del agro se observa que las compras descienden”, indicó.
“Hasta setiembre se tenía un relativo ánimo reactivador por parte de las empresas en general, incluso eso se puede observar en la mejora en setiembre de las expectativas empresariales con mira a 12 meses, pero todo puede cambiar en los últimos tres meses si el gobierno no da señales claras sobre la reforma tributaria que pretende realizar”, subrayó.
Agregó que si dicha reforma no va de la mano de una reducción de la informalidad, lo que se observará será una mayor presión tributaria sobre los formales; y la inversión, traducida en adquisiciones de maquinaria y equipo, será la primera en resentirse.
Señales que preocupan
Para AGAP las principales señales que preocupan al sector empresarial agrario y que habrían hecho caer las importaciones de bienes de capital para el agro son:
- Los mensajes confusos sobre Camisea: “Cuando se habla de expropiar o nacionalizar, el Gobierno debe tomar en cuenta que dentro del Consorcio Camisea hay capitales estadounidenses” ¿Por qué lo advierte? Según Amaro, esta situación podría afectar las relaciones comerciales con dicho país, con el que además se tiene un Tratado de Libre Comercio (TLC). “Si ve al Perú como un país que no cumple sus compromisos podría colocar algunas barreras al envío de productos agrícolas”, indicó.
- Falta de información sobre la segunda reforma agraria: A fines de setiembre se lanzó en Cusco la denominada segunda reforma agraria y, aunque el gremio empresarial y otras asociaciones ligadas con cultivos de exportación esperaron ser incluidos en la mesa multisectorial que propondrá objetivos de la reforma, según Amaro esto no ha sucedido a la fecha. “No sabemos cómo va el tema y eso genera incertidumbre”, añadió.
- ¿Y la mesa agroexportadora?: El representante de AGAP también informó que a casi 100 días de asumir el cargo y pese a haberse reactivado las mesas técnicas de otros sectores claves, no se ha podido instalar a la fecha la mesa agroexportadora con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). “Hay una serie de problemas que deben evaluarse en esta mesa, desde la problemática de los fletes marítimos y los altos precios de los fertilizantes. Otro tema es la publicación de un decreto supremo que permita la importación directa de agroquímicos cumpliendo la normativa de la Comunidad Andina, lo que generará mayor competencia en el mercado y bajarán los precios del insumo”.
- Modificaciones a la nueva ley agraria: AGAP también persigue la posibilidad de que se realicen cambios a la norma aprobada a fines de diciembre del 2020 y que modificó los plazos para el incremento gradual de las tasas del Impuesto a la Renta. Según AGAP, la derogatoria a la anterior Ley de Promoción Agraria es el principal motivo que frena la inversión en el sector. “Y con la nueva norma llevamos 11 meses esperando que se apruebe el decreto supremo que precise qué son las actividades agroindustriales que podrían aplicar a la ley. Es urgente”, añadió.
“Perú tiene las condiciones adecuadas para seguir invirtiendo en agro porque es un gran abastecedor del hemisferio norte cuando termina su temporada de cosecha”, finalizó.