En los primeros seis meses del año, los hoteles de Intursa (dueño de nueve, pero seis operados por Highgate en Lima, Cuzco y Paracas) registraron un 68% de recuperación de la venta a comparación del 2019. En este primer semestre se vendió poco más del doble con respecto al mismo período del 2021, cuando hubo una cuarentena en febrero y aún prevalecían las restricciones de desplazamiento y el miedo a viajar.
La recuperación total depende del flujo de turistas extranjeros. “El año comenzó un poco lento porque la variante omicron redujo el flujo de turistas internacionales, pero en mayo el Perú recibió 150,000 turistas extranjeros, según el Mincetur, versus 360,000 en mismo mes del 2019. La gente ha dejado de tener miedo de viajar gracias a las vacunas”, indica Ítalo Bustíos, director comercial de Intursa.
La mayoría de extranjeros que llega al Perú proviene de Estados Unidos, Chile, Brasil y Colombia. Las visitas de europeos y asiáticos aún no se reactivan. La mayoría viaja por placer. Los hoteles de Intursa en Cuzco (Palacio del Inka, en la ciudad, y Tambo del Inka, en el Valle Sagrado), por ejemplo, registran un 95% de recuperación.
“La recuperación del turismo corporativo, del que depende la mayoría de hoteles de Lima, todavía es lenta. Por eso aún estamos a casi un 70% de recuperación”, precisa el ejecutivo. Sin embargo, Bustíos se muestra optimista en cuanto a la reactivación de las visitas de negocios, pues ya se empiezan a registrar más viajes de grupos y a extender las estadías de los huéspedes corporativos. En promedio, la permanencia en los hoteles de Intursa ha aumentado en medio día.
Bustíos sostiene que ahora los turistas reservan habitaciones con poca anticipación y buscan flexibilidad en sus fechas de hospedaje. Además, a diferencia del inicio de la crisis sanitaria, los huéspedes ya no quieren ver los protocolos de limpieza o bioseguridad en los hoteles. “Muchas personas prefieren no usar mascarilla. Cuando hacemos un evento, muchos nos piden no tener esos protocolos. La gente no quiere sentirse en pandemia”.
El ticket promedio en las reservas de hoteles en destinos turísticos ha subido entre 10% y 15% sobre los niveles prepandemia. No es el caso necesariamente en hoteles corporativos. “La tendencia es que siga habiendo un incremento en las tarifas promedio de habitaciones por la mayor demanda. En el caso de otros servicios, dependerá de la situación. La inflación tiene un impacto en costos, pero por el momento no han habido aumentos generales”, adelanta Bustíos.
Se estima que los hoteles de Intursa cierren el año hacia un 75% de recuperación en ventas totales. Inicialmente la proyección para el término del 2022 era de 52%. “Estamos mucho mejor. Pero tenemos que ser cautos en las proyecciones porque hay rumores de una recesión en Estados Unidos y eso nos afecta porque es nuestro principal mercado”, resalta Bustíos.
Se espera que el clúster de hoteles de Intursa llegue a niveles prepandemia en el segundo semestre del próximo año. Los proyectos de desarrollo de hoteles que la compañía tenía antes de la pandemia todavía no se reactivarán. “El foco este año continúa siendo la recuperación. Aún no llegamos a niveles de venta del 2019”, dice Bustíos.
El ejecutivo puntualiza que si bien algunos hoteles podrán superar pronto los niveles prepandemia, el país difícilmente lo conseguirá si no se resuelven las limitaciones en infraestructura para el turista ni se ofrece mayor seguridad para su visita. “Eso podría afectar la sostenibilidad del sector a largo plazo”, opina.
Inversiones Nacionales de Turismo SA – Intursa, agrupa a Hoteles Libertador, Inversiones La Rioja y la agencia de experiencias Venturia. De los nueve hoteles de Intursa, seis (Aloft Lima Miraflores, AC Hotel Lima Miraflores, Palacio del Inka a Luxury Collection Hotel – Cusco, Tambo del Inka a Luxury Collection Resort & Spa – Urubamba, Hotel Paracas a Luxury Collection Resort y Westin Lima), son operados por Highgate. Los otros tres (Courtyard Lima Miraflores, JW Marriott Lima y JW Marriott El Convento – Cusco) son manejados por Marriott International.
Demanda local
El turismo doméstico ya venía con fuerza desde el 2021 y se mantiene este 2022. El Hotel Paracas, de Intursa, que se basa en el turismo local, registra desde el año pasado los mejores niveles de venta de su historia. “Pero la mayoría de hoteles de cuatro y cinco estrellas en el Perú depende en mayor medida de que regresen los turistas internacionales”, insiste Bustíos.
El ejecutivo revela que los restaurantes de los hoteles de Intursa, sobre todo en Lima, registran niveles de recuperación por encima del 90%, como Insumo de AC Hotel y Maras de Westin, debido a la visita de clientes locales que no son huéspedes (walk-in).
Sin embargo, eventos corporativos es la línea de negocio más lenta, en gran parte por la caída de viajes de negocios del exterior. “Teníamos muchos y hoy estamos al 40% de recuperación versus el 2019. Si bien ya tenemos eventos de hasta 1,600 personas en algunos casos, todavía no los tenemos con la frecuencia de antes”, señala Bustíos. Se espera mayor demanda hacia el último trimestre del año. Las bodas, en cambio, sí se han reactivado con mayor fuerza en Lima, Paracas y Cuzco.