La oferta no solicitada de US$ 43,000 millones que hizo Elon Musk por Twitter Inc. crea un enfrentamiento entre dos de las mayores empresas de asesoría de Wall Street, que podría dar lugar a lucrativos pagos para ambas si la mayor adquisición hostil en años se concreta.
Morgan Stanley está asesorando a Musk, según una presentación el jueves, mientras que Twitter ha recurrido a la ayuda de Goldman Sachs Group Inc. en tanto considera cómo responder a la oferta hostil de Musk, según personas familiarizadas con el asunto.
Ambas se disputan a menudo el primer puesto en el ranking de fusiones y adquisiciones, y Goldman ocupa actualmente el primer lugar, según datos recopilados por Bloomberg.
Sin duda, una gran parte de las comisiones de los bancos depende de que el acuerdo se concrete, lo cual es incierto. Musk dijo el jueves que “no está seguro” de que “realmente pueda adquirir” Twitter y que tiene un plan B si el directorio de Twitter rechaza su oferta, sin ofrecer detalles.
Aunque se sentarán uno frente al otro en cualquier negociación, Morgan Stanley y Goldman tienen una relación con Musk que se remonta a más de una década. Ambos bancos de inversión con sede en Nueva York suscribieron la oferta pública inicial de Tesla en el 2010: Goldman obtuvo el codiciado papel de coordinador principal, mientras que Morgan Stanley figuraba en segundo lugar en el prospecto.
Musk también recurrió al par de bancos en el 2018, durante su intento fallido de sacar a bolsa a Tesla. Trabajó con Goldman, según un tuit de entonces. Más tarde, recurrió a Morgan Stanley para que lo asesorara personalmente en la posible compra que nunca se materializó.
En esta ocasión, es probable que Goldman, asesor de Twitter desde hace tiempo, haya tenido un conflicto para asesorar a Musk debido a sus recientes funciones para la compañía de redes sociales. El banco trabajó con Twitter en el 2020 en una inversión de Silver Lake, así como en un acuerdo de la junta directiva con Elliott Investment Management.
Eso significa que, al menos por ahora, Morgan Stanley es el único que se ocupa de Musk. El banco ha enviado un equipo de sus mejores banqueros de tecnología, liderado por Michael Grimes, para ayudar al multimillonario, dijeron personas familiarizadas con el asunto, que pidieron no ser identificadas por ser un tema privado.
Representantes de Morgan Stanley y Goldman declinaron hacer comentarios sobre sus participaciones.
En un golpe para el viejo Wall Street, no parece haber ningún banco de inversión boutique involucrado, aunque tanto los postores como los objetivos suelen agregar asesores a medida que las transacciones se prolongan. Bancos de gran tamaño como Morgan Stanley y Goldman compiten cada vez más por la participación de mercado con empresas de asesoría independientes como Allen & Co, Lazard Ltd y Centerview Partners.
Independientemente de quién esté en cada bando, e incluso de si la oferta tiene éxito o no, ambos bancos saldrán ganando con el proceso. Como asesor del objetivo, Goldman cobrará sin importar lo que Twitter decida hacer, aunque obtendrá una comisión mucho mayor si la venta a Musk se lleva a cabo.
Morgan Stanley, por su parte, solo cobrará si se llega a un acuerdo. En ese caso, podría embolsarse los honorarios por asesorar a Musk, así como por ayudar a organizar el financiamiento de la oferta, aunque hasta el momento hay pocos detalles sobre cómo Musk podría financiar su oferta en efectivo.
Aun así, el mandato es una oportunidad para acercarse aún más a la persona más rica del mundo. Una relación sólida podría poner a Morgan Stanley en el primer lugar para cualquier transacción que la cartera de empresas de Musk quiera realizar. Con Tesla, SpaceX y Boring Co., todas bajo su control, y las dos últimas todavía privadas, hay muchas oportunidades potenciales para más trabajo.
Trabajar con cualquier cliente, y en particular con uno con reputación de ser impredecible, puede tener inconvenientes potenciales si el acuerdo sale mal. El intento de Musk de retirar a Tesla de la bolsa dio lugar a un escrutinio por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, y las compras de acciones que precedieron a su oferta por Twitter ya han llamado la atención.
Cualquier riesgo potencial hasta ahora no ha disuadido a los principales bancos de Wall Street de participar, incluso cuando Musk se embarca en uno de sus proyectos empresariales más descabellados.