La productora de gas natural licuado Perú LNG, que opera la planta de licuefacción Pampa Melchorita al sur de Lima, sufrió el miércoles rebajas en su calificación crediticia por parte de dos agencias internacionales.
En primer término, Fitch Ratings redujo las calificaciones Issuer Default Ratings (IDR) en moneda local y extranjera a largo plazo de Perú LNG S.R.L. a ‘B+’ desde ‘BB-’, en tanto la perspectiva de la calificación sigue siendo negativa.
Además, Fitch bajó la calificación de las notas senior no garantizadas por US$ 940 millones de Perú LNG con vencimiento en el 2030 a ‘B+’ / ‘RR4’ desde ‘BB-’.
“La rebaja de calificación de Perú LNG y su perspectiva reflejan el desempeño operativo más débil debido a los precios internacionales del gas natural, las interrupciones operativas en la planta y el consecuente mayor apalancamiento debido a la disminución de la generación de Ebitda”, explicó Fitch en un comunicado.
Según la plataforma de precios de petróleo y gas actualizada de Fitch para los índices Henry-Hub (HH) y National Balance Point (NBP), la deuda neta total a Ebitda de Perú LNG alcanzará 16.0x durante el 2021 y se mantendrá por encima de 7.0x durante el 2022, exacerbando la volatilidad del flujo de caja de la compañía.
Por otro lado, Moody’s Investors Service rebajó la calificación de familia corporativa de Perú LNG y la calificación senior no garantizada de las notas existentes de la compañía a ‘B3’ desde ‘B1’, mientras que la perspectiva de la calificación también se mantuvo en negativa.
“La acción de calificación se basó en la débil posición de liquidez de la empresa, consecuencia de paradas prolongadas inesperadas de la planta que afectan la generación de flujo de efectivo”, explicó Moody’s.
A pesar de los sólidos precios de las materias primas, la generación de efectivo de Perú LNG será débil en el 2021 debido a los bajos volúmenes de producción, causados por más de 80 días de paradas de planta en los primeros tres trimestres del año, provocadas principalmente por problemas mecánicos inesperados en la única planta de la compañía.
En los últimos tres años, Perú LNG ha experimentado paradas recurrentes de la planta debido a eventos externos o paradas no planificadas, lo que evidencia un alto riesgo operativo continuo.
Para el 2021, la gerencia de Perú LNG espera que la producción alcance los 156 billones de unidades térmicas británicas (BTU), cerca de un 30% por debajo de las 217 billones de BTU originalmente esperadas para el año. Por lo tanto, Moody’s espera que el Ebitda de Perú LNG alcance alrededor de US$ 30 millones, si Henry Hub promedia US$ 3 por millón de BTU en el año, según las estimaciones de la agencia calificadora.
Los pagos de intereses anuales ascienden a US$ 51 millones y el gasto de capital este año rondará los US$ 46 millones (en comparación con aproximadamente US$ 12 millones en años de mantenimiento importante, como el 2022, y un nivel normalizado de US$ 5 millones en años sin importantes trabajos de mantenimiento programados), lo que aumenta el riesgo de liquidez.
Si bien los accionistas de Perú LNG son en su mayoría sólidos desde el punto de vista financiero y pueden brindar apoyo, queda por ver cómo podrían ayudar a la situación de liquidez de la empresa. Sin embargo, Moody’s comprende que la administración de Perú LNG está trabajando con los accionistas para desarrollar un plan de apoyo a la empresa.
Las calificaciones B3 de Perú LNG se basan en su exposición a la volatilidad de los precios del gas natural y del gas natural licuado (GNL); alto riesgo operativo; apalancamiento elevado; pequeña base de activos operativos únicos; y acceso limitado a financiación externa.
Estos factores son contrarrestados de alguna manera por el bajo riesgo de suministro de Perú LNG, las altas tasas de utilización de la capacidad, el riesgo de competencia limitado, el riesgo de cambio mínimo, el apoyo implícito de los accionistas y su alta relevancia para la balanza comercial y la industria energética del Perú. También es positivo que el proyecto de unidades verticales de tensión en tierra de Perú LNG, destinado a mejorar la capacidad de entregar cargas durante condiciones climáticas adversas, se complete en el primer trimestre del 2022, según la administración, y por lo tanto respaldará la generación de efectivo.