La empresa española de electricidad y gas Naturgy ha irritado a algunos de sus clientes industriales al renegociar los contratos de gas a largo plazo para adaptarse a las recientes subidas de precios, a pesar de que paga las compensaciones correspondientes.
Naturgy ha rescindido unilateralmente los contratos de suministro de gas con las empresas que fabrican ladrillos y tejas en los últimos meses, ofreciéndoles nuevos contratos con precios más elevados, dijo el martes un grupo industrial, dejándoles poco tiempo para encontrar proveedores alternativos.
“La compensación que la energética paga por rescisión de sus contratos es muy baja en comparación con el precio que, en el actual escenario, tienen que pagar las industrias para adquirir el gas que la energética les deja de suministrar”, dijo la asociación, conocida como Hispalyt, en un comunicado.
Con la subida de los precios del gas, impulsada por la fuerte recuperación tras la pandemia y el enfrentamiento entre Rusia y Occidente en Ucrania, rescindir los contratos es más atractivo para las empresas energéticas que seguir suministrando gas a precios inferiores a los del mercado, pero el aumento repentino de los costes puede ser demoledor para la industria.
Una persona que actuaba como portavoz de Naturgy confirmó que la empresa estaba renegociando con los clientes industriales, no sólo con los fabricantes de ladrillos y tejas, para “adaptar los contratos a las nuevas condiciones del mercado”.
Añadió que la empresa intentará que los aumentos de precios sean provisionales. No quiso revelar cuánto ha pagado Naturgy en concepto de penalizaciones a los clientes.
En algunos mercados mayoristas de Europa, los precios del gas natural se han multiplicado por cuatro en el último año, lo que ha llevado a varias asociaciones de la industria pesada, como los productores de acero, cemento y fertilizantes, a instar a las autoridades europeas a que actúen para limitar la subida de los precios de la energía.
El precio del gas repercute en el conjunto de la economía a través de la generación de electricidad, que se hace más costosa y que, a su vez, encarece toda la actividad económica y todos los precios minoristas.
La inflación en España se aproxima a su mayor ritmo en tres décadas, mientras que el aumento de los precios industriales es el más rápido de su historia.