Calificaron el acuerdo que formará el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo como una fusión de iguales. Pero el precio muestra que Grupo PSA fue esencialmente el comprador y, Fiat Chrysler Automobiles NV, el vendedor.
Calificaron el acuerdo que formará el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo como una fusión de iguales. Pero el precio muestra que Grupo PSA fue esencialmente el comprador y, Fiat Chrysler Automobiles NV, el vendedor.
Los términos finales -incluso después de un dividendo especial de 5,500 millones de euros (US$ 6,100 millones) para los accionistas de Fiat, un dividendo de 1,000 millones de euros que pagará cada fabricante de automóviles antes del cierre del acuerdo, y la venta de la participación de PSA en el proveedor de piezas Faurecia- dan como resultado un precio que favorece a los propietarios de Fiat.
El analista de Jefferies Philippe Houchois considera que, en conjunto, obtendrán una prima de 26%.
No obstante, la familia Agnelli, de Fiat, será el mayor accionista de la nueva compañía, lo que complica la cuestión sobre quién finalmente se llevará el control a largo plazo.
Carlos Tavares, de PSA, será el director ejecutivo y PSA designará a seis de los 11 directores iniciales, pero no hay certeza en el lado francés de quién se quedará con la mayoría.
Al final, esta situación se mantendrá hasta que ambas dinastías familiares -los italianos Agnellis, encabezados por el presidente de Fiat, John Elkann, y los franceses Peugeot-, determinen quién estará a cargo.
Y, lo que es más importante, decidirán si la compañía combinada PSA-Fiat puede evitar los peligros que han enfrentado otras fusiones transfronterizas de iguales, desde Alcatel-Lucent, que atravesó por dificultades antes de terminar en manos de Nokia Oyj, y Publicis Groupe SA y Omnicom Group Inc., que se desmoronaron antes de alcanzar el objetivo.
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