La Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) informó que, durante el 2020, las empresas de agua alcanzaron el 78.96% en promedio en el Índice de Gestión de la Prestación de los Servicios de Saneamiento (IGPSS), que mide el desempeño en la prestación de los servicios de saneamiento, 3.5% más que en el 2019 cuando obtuvieron 75.46% en promedio.

La presentó los resultados del benchmarking regulatorio de empresas prestadoras (EP), donde se elabora un Índice de Gestión de la Prestación de los Servicios de Saneamiento (IGPSS) que mide los indicadores de las empresas prestadoras en 7 áreas de desempeño, tales como acceso a los servicios, calidad de los servicios, sostenibilidad financiera, gobernabilidad y gobernanza, sostenibilidad ambiental, gestión del riesgo de desastres y gestión de atención a usuarios.

De acuerdo con el IGPSS, la empresa Sedapal tuvo el puntaje más alto (89.54%) en el ranking general de desempeño y gestión. Es preciso indicar que, para efectos de evaluación comparativa, la Sunass clasifica a las empresas prestadoras según el número de conexiones de agua potable que administran, es así como Sedapal es la única en un grupo por brindar servicios a cerca del 40% del total de conexiones de agua potable administradas por todas las EPS y por no existir otra empresa equivalente. Además, existen otros cuatro grupos de clasificación de las EPS, dos grupos de empresas grandes, un grupo de empresas medianas y uno de empresas pequeñas.

En el primer grupo de empresas grandes, los primeros lugares los ocupan Sedapar de Arequipa (86.25%) y Sedalib de La Libertad (79.16%). En tanto, destacan en el segundo grupo de empresas grandes, Seda Ayacucho (81,38%), Emapa San Martín (80.70%) y EPS Tacna (78.29%).

El ranking de empresas medianas está liderado por la EPS Moquegua (78.66%), EPS Ilo (77.62%) y Aguas de Lima Norte (73.41%); mientras que, en el grupo de las empresas pequeñas se ubican en los primeros lugares, Emapa Huancavelica (72.69%), Emusap Amazonas (68.29%) y Emsap Chanka de Andahuaylas (67.03%).

El presidente ejecutivo de la , Iván Lucich Larrauri, precisó que, a pesar de que el 2020 fue un año marcado por la crisis sanitaria y económica, como consecuencia de la COVID-19, los indicadores clave de calidad de la prestación del servicio, como continuidad y presión, así como la micromedición, no sufrieron una variación importante respecto del 2019.

“Incluso se pudo mejorar un poco el rendimiento con respecto a años anteriores, ya que los hogares bajo el ámbito de responsabilidad de las EPS recibieron el servicio de agua potable con una continuidad de 18 horas/día, es decir 1.08% más con relación al 2019. Y esto porque el agua cobró, más que nunca, vital importancia para garantizar la higiene y por ende la salud de la población, y las EPS se convirtieron en aliados importantes de la salud pública para contener el avance de la pandemia, asegurando la continuidad del servicio”, señaló Lucich.

Además, la presión promedio nacional se mantuvo dentro del rango establecido con un crecimiento de 1.39 %, respecto al 2019. En tanto, la micromedición aumentó sus niveles y llegó a 72.11% frente a 71.94% en 2019. De otro lado, los indicadores de roturas y atoros presentaron disminuciones con respecto al 2019, con 0.93% y 13.41%, respectivamente.

BUENAS PRÁCTICAS DE LAS EPS

Los enfoques del benchmarking regulatorio de la Sunass están alineados a las demandas o necesidades específicas del sector, así como a los retos que enfrentan los prestadores. En el caso de las EPS, este año, las buenas prácticas tuvieron el enfoque de economía circular, adaptado al ciclo integral del agua y a tres etapas: producción de agua para consumo humano, uso de agua y tratamiento, y reúso de aguas residuales.

Así, las seis mejores prácticas desarrolladas bajo este enfoque fueron las de EPS Tacna y Seda Ayacucho en la etapa de producción del agua potable; las de Sedacaj de Cajamarca y Emusap Amazonas en la etapa de uso y distribución del agua; y las de Emapica de Ica y Sedapal en el tratamiento y reúso de las aguas residuales.

Estas buenas prácticas se difundieron entre las empresas prestadoras mediante tres talleres, realizados virtualmente, donde asistieron 354 participantes, cifra considerablemente mayor, respecto los talleres realizados en años previos, lo que demuestra un creciente interés por conocer las prácticas positivas y replicarlas.

“Tomar acciones relacionadas con la reducción, reúso y reciclaje del agua cada vez se hacen más necesarias debido al crecimiento poblacional y el incremento de la demanda de este recurso. Es por eso por lo que muchos gobiernos están adoptando diferentes medidas, entre económicas, políticas y sociales para mitigar su impacto, que con seguridad requerirá de cambios radicales en los sistemas de producción y patrones de consumo, que dejen atrás el clásico modelo económico lineal, basado en producir, consumir y desechar”, puntualizó Iván Lucich, presidente ejecutivo de la Sunass.

El informe completo del benchmarking regulatorio de empresas prestadoras (data 2020) se encuentra publicado en la página web de la Sunass .