Tres empleados de un depósito de Amazon en Nueva York presentaron una demanda contra el gigante estadounidense por no haber adoptado las medidas necesarias para proteger al personal del coronavirus, sobre todo al exigir un ritmo de trabajo demasiado rápido.
Un empleado del gigantesco almacén de Amazon en Staten Island, uno de los cinco distritos de Nueva York, murió a comienzos de mayo por COVID-19, pero sus familiares no integran la demanda.
Amazon dijo entonces que este empleado no había estado en contacto con otro empleado que dio positivo al virus, lo cual significa que habría contraído la enfermedad fuera del depósito.
Uno de los tres empleados que demandó a la empresa asegura que contrajo el virus en el almacén y cree que contagió a su prima, que vive con ella.
Los empleados afirman en la demanda que Amazon permitió regresar al trabajo a quienes estuvieron en contacto con personas infectadas.
Aseguran, además, que Amazon aún no pagó a todos la indemnización prevista para los empleados en cuarentena, que debía compensar su pérdida de salario.
Y reprochan a la empresa su manejo de la baja por enfermedad, que según ellos no les permite dejar de trabajar por miedo a ser despedidos o a no recibir salario.
Los tres empleados también cuestionan el ritmo de trabajo y la gestión muy estricta de las pausas, que “desalienta a los empleados a abandonar sus puestos para irse a lavar las manos o limpiar su lugar de trabajo”.
La demanda solo reclama el pago de una parte de la indemnización prevista en caso de cuarentena, no percibida por uno de las empleados.
Esta mujer exige principalmente que Amazon adopte las medidas necesarias para impedir el contagio del virus en el depósito.
Contactada por la AFP para comentar la demanda, Amazon no respondió de manera inmediata.