Ya sea para pagar un billete de avión, la cuenta de electricidad o el almacén, la aplicación de pagos Alipay, cuya propietaria Ant Group lanza la salida en Bolsa más grande de la historia, se ha vuelto casi indispensable en China.
Tao Rui, un ingeniero aeronáutico de 22 años que vive en Shanghái no suelta ni un minuto su teléfono móvil.
Durante un reciente paso por la ciudad, usó Alipay para comprar un té con leche, albóndigas de pulpo, para jugar en una sala de juegos o... para dar dinero a un músico callejero.
Y por la noche con sus amigos, cenan dos boles humeantes de fideos japoneses. La cuenta se paga escaneando un código QR de... Alipay.
Estos ejemplos dan idea de la importancia del grupo Ant (filial del gigante del comercio electrónico Alibaba) en China, y de su inminente entrada récord en Bolsa (34 mil millones de dólares)
Y Tao Rui lo confiesa: la vida sin Alipay sería más difícil.
Aun cuando el dinero en efectivo sigue siendo utilizado en Chi-na, Alipay se ha vuelto “indispensable”, opina este joven.
Metro y vagabundos
El brutal crecimiento de Ant hace salivar a los inversores.
Alipay afirma tener 731 millones de usuarios mensuales -la mi-tad de la población de China- y se ha convertido en un símbolo de la economía del futuro.
De los puestos del mercado a los accesos del metro (que leen los códigos QR), pasando por los vagabundos que piden “una monedita” electrónica, esta revolución ha llegado a todos los ámbitos.
“Pagamos todo con Alipay, que te descuenta directamente la cantidad”, incluidas las cuentas de agua o de electricidad, explica Tao Rui. “No hace falta salir, se puede hacer todo desde casa”.
Pero la aplicación va más allá del simple sistema de pago. Es un verdadero ecosistema que alberga a multitud de vendedores externos (repartidores de comida, agencias de viaje, bicicletas de alquiler...).
El usuario no tiene más que escoger lo que desea y pagar...vía Alipay, por supuesto.
Ant Group explica que la mitad de sus ingresos provienen de albergar proveedores externos. Aunque otra fuente importante son los servicios financieros, tanto préstamos a particulares como a empresas.
Datos personales
Si bien el crecimiento chino ha sido fulgurante durante los últimos 40 años, se sostenía hasta hace poco en un modelo considerado frágil por el Estado: la industria manufacturera y la inversión pública.
El golpe de timón hacia el comercio y los servicios en línea, que se podía imaginar hace 10 años, está estimulado por el gobierno ya que permite aumentar el poder adquisitivo de los ciudadanos, una manera para el Partido comunista de legitimarse en el poder.
Sin embargo, la presencia de Alipay en la vida cotidiana puede crear problemas en cuanto a la gestión de los datos personales.
Ant tuvo que disculparse en 2018 por haber inscrito a los usuarios contra su voluntad en su sistema de calificación, Zhima Credit.
Zhima Credit analiza los comportamientos de compra y venta en línea y califica la reputación de los internautas. En China fue el precursor del “crédito social”, un vasto sistema de análisis de datos y vigilancia, creado por las autoridades para incitar a empresas y ciudadanos a observar una conducta íntegra.
Tao Rui, sin embargo, solo tiene un reproche que hacerle a Ali-pay: la aplicación se ha vuelto indispensable. Rui ha tenido incluso problemas cuando su teléfono estaba sin batería.
“Ahora llevo encima algo de dinero en efectivo”, explica. “Por lo que pueda pasar”.