Una ventaja adicional del enfoque de Regeneron es que pretende orientar un medicamento que pueda servir tanto de protección contra el virus como para su tratamiento en casos activos.
Una ventaja adicional del enfoque de Regeneron es que pretende orientar un medicamento que pueda servir tanto de protección contra el virus como para su tratamiento en casos activos.

Por Max Nisen

A medida que se extiende la crisis del coronavirus, hemos visto una avalancha de anuncios de compañías farmacéuticas que promocionan tratamientos potenciales para la enfermedad aún incurable.

Muchos provienen de empresa de biotecnología que nunca han desarrollado con éxito un medicamento, y mucho menos uno especialmente diseñado para un brote de este tipo.

El anuncio de el martes de que sus esfuerzos de desarrollo avanzan a pasos agigantados —al punto de poder iniciar los ensayos en seres humanos a principios del verano boreal— es una excepción que debería provocar un optimismo mesurado.

Aún hay un largo camino por recorrer y mucha incertidumbre. Incluso en el mejor de los casos, un medicamento no se probará en meses y su disponibilidad para todos está aún más lejos. Pero si el se queda, hay al menos una posibilidad de que un fármaco de Regeneron pueda ser una herramienta útil para combatirlo. Además de desarrollar medicamentos exitosos, Regeneron tiene una capacidad comprobada para responder a brotes.

Los esfuerzos de la compañía se centran en el uso de ratas modificadas con sistemas inmunológicos similares a los humanos y en el desarrollo rápido de los anticuerpos que derivan en medicamentos para las personas. La compañía creó un cóctel de ébola listo para probarlo en aproximadamente un año para responder a un brote de la enfermedad en 2014.

Sin embargo, el fármaco no llegó al mercado a tiempo para ayudar antes de que el brote desapareciera. El medicamento permaneció en las estanterías hasta que el ébola emergió nuevamente en 2018, y fue enviado a África para su análisis junto con varios otros medicamentos.

Solo el 29% de los que tomaron el medicamento de Regeneron murieron durante todo el ensayo, en comparación con una tasa de mortalidad de aproximadamente el 50% para las personas que tomaron dos medicamentos menos efectivos. Una de las medicinas más destacadas fue el remdesivir de Gilead Sciences Inc., un promisorio fármaco que podría ayudar a tratar el Covid-19.

Una ventaja adicional del enfoque de Regeneron es que pretende orientar un medicamento que pueda servir tanto de protección contra el virus como para su tratamiento en casos activos. Esta dualidad puede ayudar a la farmacéutica a llegar más rápido a los pacientes; los tratamientos agudos tienen una barra de seguridad más baja y requieren menos estudios que los medicamentos destinados a un uso protector extenso.

El cronograma de la compañía para un tratamiento con Covid-19 es más rápido de lo que se manejó en el pasado; esto se debe en parte a que su equipo está trabajando con mayor experiencia. Aun así, no hay garantía de éxito, y lo que se considera “rápido” según los estándares de desarrollo de fármacos seguirá pareciendo lento a medida que aumente la cifra de contagiados en Estados Unidos en las próximas semanas.

El mejor de los casos requiere que Regeneron alcance múltiples objetivos ambiciosos, incluido que el medicamento funcionará mientras otros se desarrollan durante un período más prolongado de fallas, que obtendrá la aprobación de los reguladores y que la compañía podrá cimentar rápidamente la capacidad de fabricación para producirlo. Si se cumplen todas las metas, el medicamento podría ver un uso limitado en algún momento del otoño boreal.

El escenario más probable, especialmente cuando se trata de un uso preventivo crucial, es que esto tome más tiempo.

Puede que no parezca una gran victoria, ya que los casos se incrementan cada día. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el plazo más ambicioso para una vacuna es de 12 a 18 meses, y que las opciones provisionales más prometedoras son readaptadas.

Un remedio novedoso en cualquier momento de este año no tendría precedentes, y con muchas compañías farmacéuticas que se han alejado de las enfermedades infecciosas, podría ser esencial.