Uber se ha propuesto ser neutral en carbono para el 2040, pero la compañía de transporte ha elegido una ruta que en algunas partes de América Latina está plagada de desafíos.
Desde febrero, el grupo estadounidense de movilidad ofrece a sus clientes en México la opción “Uber Planet”. Por 0.37 pesos mexicanos adicionales por kilómetro, pueden contribuir a la compra de créditos de carbono para proyectos de reforestación y un parque eólico en Oaxaca para compensar las emisiones causadas por sus viajes.
Las compensaciones de carbono son controvertidas. Cuando a los países y las empresas les resulta difícil o caro reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a veces utilizan compensaciones para cumplir los objetivos climáticos.
Estos permiten a los compradores seguir contaminando mientras pagan a otra persona para que tome medidas favorables al clima.
El propio informe climático de Uber del año pasado dijo que la compañía evitó comprar compensaciones como estrategia principal, en lugar de enfatizar los subsidios para que sus conductores se cambiaran a vehículos eléctricos.
Las compensaciones “efectivamente pagan para que sea responsabilidad de otra persona” y tienen “debilidades”, incluidos los desafíos de verificación, según el informe de Uber.
Sin embargo, la compañía dijo que en algunas partes de América Latina la transición de los conductores a vehículos eléctricos de cero emisiones es “poco práctica” en el corto plazo, dados lo incipiente del mercado de ese tipo de automóviles.
Entonces, en México, Colombia, Ecuador y Costa Rica está utilizando el esquema de compensación Uber Planet, junto con los esfuerzos para alentar a los conductores a cambiar a modelos eléctricos, añadió.
La decisión subraya las dificultades que enfrentan las empresas de transporte cuando intentan reducir su huella de carbono en los mercados emergentes con relativamente pocas alternativas sostenibles.
Según la firma de análisis de datos J.D. Power, los vehículos eléctricos e híbridos representan solo el 6.4% del mercado automotor mexicano, en comparación con el 15% en todo el mundo. Para el 2030, se prevé que la participación de mercado alcanzará el 12% en México, muy por debajo del 50.5% previsto a nivel mundial.
¿Haciendo la diferencia?
Uber Planet compra créditos en proyectos que han sido certificados por organizaciones como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la Reserva de Acción Climática (CAR), un registro sin fines de lucro.
Se supone que la certificación confirma que los proyectos no existirían sin la venta de créditos de carbono, lo que garantiza que realmente están creando compensaciones.
Pero un esquema mexicano respaldado por Uber, el proyecto del parque eólico Oaxaca IV, puede haber salido adelante sin los créditos, según Gilles Dufrasne, oficial de políticas del monitor sin fines de lucro de la industria Carbon Market Watch.
Los documentos de certificación del proyecto del 2011, revisados por Reuters, mostraron que los créditos de carbono proporcionarían un aumento de alrededor de un punto porcentual en su tasa interna de rendimiento.
Los desarrolladores del proyecto dijeron en los documentos, presentados a la CMNUCC, que los créditos de carbono eran vitales para asegurar el financiamiento. Pero Dufrasne afirmó que el modesto beneficio plantea dudas sobre si eran necesarios.
“El objetivo de vender créditos de carbono es tener alguna forma de medir las reducciones (de emisiones) adicionales que no hubieran ocurrido sin la venta de los créditos. Pero si de todos modos iban a construir el proyecto, entonces lo que está pagando ahora no hace ninguna diferencia”, señaló.
Danny Cullenward, un especialista en compensaciones en CarbonPlan, un grupo de investigación sin fines de lucro que revisó los documentos del proyecto, también cuestionó si la venta de créditos era necesaria para asegurar el financiamiento.
Además, señaló que el parque eólico tenía un acuerdo para que el gobierno comprara su producción a precio garantizado.
“Esta no es una empresa comercial que sea un poco arriesgada y necesita un pequeño impulso para mantenerse a flote. Es un proyecto de infraestructura con tecnología comercial madura que tenía un contrato de precio fijo con el gobierno mexicano”, indicó Cullenward.
Un portavoz de Acciona de España, la empresa matriz de Oaxaca IV, dijo que el proyecto fue examinado bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de la CMNUCC.
“El hecho de que la ONU haya incluido el proyecto Oaxaca IV bajo el mecanismo MDL es en sí mismo una prueba de la contribución del parque eólico a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU”, manifestó el portavoz.
La CMNUCC no respondió a las solicitudes de comentarios.
El proyecto eólico representa alrededor del 16% de las compras de créditos de carbono de Uber Planet en México, según datos del sitio web local de Uber. De los 8,668 créditos que compró a la corredora de créditos de carbono con sede en Honduras Anaconda Carbon entre febrero y agosto, casi 1,400 fueron del proyecto.
Uber remitió las preguntas sobre el proyecto a Anaconda.
El presidente de Anaconda, Christian Giles, respondió que el parque eólico estaba debidamente validado y que los ingresos de los créditos de carbono eran vitales para ello.
“Ese argumento fue auditado, no solo por un tercero independiente, sino también por la propia ONU”, dijo, refiriéndose a la CMNUCC.
“Doblando el tiempo”
Las empresas están bajo la presión de activistas, inversores, políticos e incluso entre sí para reducir las emisiones.
En Ciudad de México, Uber enfrenta a nuevos competidores como Beat Tesla, con una flota totalmente eléctrica de Tesla. Mientras tanto, Didi Global de China dice que tiene 1,600 vehículos híbridos o eléctricos en México.
Uber manifiesta que está decidido a reducir las emisiones.
“Todos los mercados donde Uber esté disponible tomarán medidas audaces para desarrollar estrategias relevantes a nivel local que se muevan en paralelo con nuestros compromisos. En este momento, estamos presentando Uber Planet, entendiendo la urgencia necesaria para acabar con este desafío de inmediato”, dijo David Mínguez, portavoz de Uber en México.
Señaló que la compañía tomará medidas “en los próximos meses” para alentar a más conductores a cambiarse a autos eléctricos o híbridos, incluidos precios promocionales para los vehículos e incentivos como 10,000 pesos adicionales por 160 viajes.
Predijo que más de 600 de sus conductores en México podrían cambiar a un vehículo eléctrico o híbrido en el 2022. Uber tiene alrededor de 200,000 conductores y socios de entrega en el país.
El alto precio de los vehículos eléctricos los pone fuera del alcance de la mayoría de los mexicanos, cuyo salario promedio diario es de menos de US$ 21, mientras que el país carece de incentivos fiscales e infraestructura de carga para alentar a los conductores a cambiar.
“Vamos a pasar a eso, pero tomará más del doble del tiempo de lo que sucederá en todas las demás partes del mundo”, predijo Gerardo Gómez, director y gerente de país de J.D. Power en México.