Cemex SAB ha pasado la página después de una década de jugadas defensivas para mantener la empresa a flote, y ahora busca crecer, señaló Fernando González, director ejecutivo del mayor productor de cemento de América.
El crecimiento provendrá de un mayor enfoque y capacidad en los mercados en los que Cemex ya opera: Estados Unidos, Europa y México, dijo González, 66 años, a Bloomberg News en una entrevista el 24 de junio en Nueva York. Eso significará reducir su presencia en los mercados emergentes y volverse más ecológico.
“Es muy reconfortante, después de tantos años, ver una perspectiva muy positiva”, señaló González, quien ha liderado la empresa desde 2014. “Hemos logrado recuperar la empresa poco a poco”.
Una estructura de capital más estable permite a Cemex, con sede en San Pedro Garza García, México, cambiar de enfoque por primera vez en más de una década. La compañía se ha comprometido a suministrar cemento sin emisiones de carbono para 2050, y es una de las primeras empresas que cotiza en bolsa en vincular la remuneración de los altos ejecutivos a los objetivos ecológicos.
La codiciada calificación de grado de inversión por fin está al alcance, dijeron la semana pasada ejecutivos de Cemex, lo que permite a la empresa definir lo que significa el crecimiento tras años de ajustes.
Las acciones de Cemex han subido 64% este año hasta el miércoles, hasta los 16.82 pesos, superando con creces a sus pares en el sector de los materiales de construcción. Las acciones también tienen el segundo mejor desempeño en el índice de referencia de México y los analistas creen que siguen siendo atractivas.
“Incluso después del enorme repunte del precio de las acciones, estas siguen sunvaluadas”, escribieron analistas de Banco Santander SA liderados por Alan Alanis, en una nota del 28 de junio. Elevaron su precio indicativo a 24 pesos, lo que sugiere un potencial alcista de alrededor de 40%.
La historia de Cemex durante la última década ha sido de amortización de deudas y venta de activos para afinar el enfoque de la empresa, obtener recursos adicionales y reducir los costos cuando sea posible. La compañía ha disminuido su deuda en aproximadamente US$7,000 millones desde 2011, cuando llegó a cerca de los US$18,000 millones.
Con el apalancamiento reducido a unas 3.2 veces la deuda neta sobre las ganancias ajustadas, Cemex planea crecer explorando inversiones en más de 400 proyectos por un valor total de US$4,000 millones, ya sea desarrollando nuevos proyectos o adquiriendo otros.
“Hace diez años queríamos estar en 250 países, como las Naciones Unidas, pero ahora ese no es necesariamente el caso”, dijo González, quien anteriormente se desempeñó como director financiero de Cemex. “Estados Unidos y Europa son nuestras principales prioridades, donde seguiremos invirtiendo fuertemente, junto con México, lo cual es natural para nosotros”.
Proyectos en marcha
La compañía tiene alrededor de US$925 millones en proyectos en desarrollo, centrados principalmente en expandir la capacidad, donde los retornos suelen ser elevados durante cuatro a cinco años.
Un nuevo proyecto de ley de infraestructura en EE.UU. podría agregar US$470 millones a los ingresos de Cemex durante los próximos ocho años a partir de 2022, según estimaciones de Santander. También es probable que la empresa se beneficie de la recuperación del consumo de cemento.
“Vemos a la compañía iniciando un nuevo capítulo más dinámico en su vida corporativa después de casi 15 años agobiados por enormes cargas de deuda”, escribieron los analistas de Santander.
Volverse ecológicos
El mes pasado, Cemex anunció esfuerzos más agresivos para disminuir las emisiones de dióxido de carbono. Ahora apunta a una reducción de más del 40% para 2030 y está invirtiendo US$60 millones anuales para lograrlo.
La compañía planea utilizar combustibles alternativos con alto contenido de biomasa y reducir la cantidad de clinker (la mezcla cocida de piedra caliza y arcilla) en los productos mediante el uso de cementos mixtos. También quiere compensar las emisiones. Una vez que la empresa alcance el grado de inversión, Cemex considerará la posibilidad de emitir bonos vinculados a la sostenibilidad.
González afirma que la compañía está adelantada a la curva reguladora en EE.UU. y México, dado que ha tenido que cumplir normas europeas mucho más estrictas. Y esas directrices más ecológicas se están reproduciendo en todas las operaciones.
“Es una filosofía de la empresa, ya tenemos esa mentalidad, aunque las normas aún no estén allí”, dijo.
Pero la producción de cemento es intrínsecamente contaminante y, a medida que más industrias emisoras de carbono obtienen capital vinculado a objetivos ecológicos, algunos inversionistas y analistas se preguntan si esto es realmente ecológico o si solo se trata de “greenwashing”.
González afirma que los objetivos de Cemex son reales y alcanzables, y que la parte variable de su remuneración está vinculada a partir de este año al logro de los objetivos ecológicos de la empresa.
“Hemos puesto mucho énfasis en estar al nivel, o incluso más allá, de las expectativas de la sociedad en materia de acción contra el cambio climático”, dijo González. “Es un gran reto, pero también reconfortante saber que podemos hacerlo”.