Bioceres Crop Solutions Corp., la compañía argentina de tecnología agrícola que está tratando de convencer al mundo de consumir trigo genéticamente modificado (OGM), está en conversaciones con el productor de cerveza artesanal Rabieta para elaborar la primera lager GM.
La empresa que cotiza en la bolsa de Estados Unidos se está moviendo para suministrar sus semillas de trigo HB4 a Rabieta y a un productor avícola para que lo utilice como alimento, dijo este miércoles en una entrevista el director financiero, Enrique López Lecube, en el evento New Economy Gateway Latin America de Bloomberg en Panamá.
Los acuerdos vendrían después de un acuerdo similar con la empresa de confitería Havanna, a medida que Bioceres busca llegar a donde ninguna compañía ha llegado antes ganando aceptación mundial para el trigo genéticamente modificado.
Si bien la gran mayoría de los cultivos de soja y maíz del mundo ya son transgénicos, estos se utilizan como alimento para el ganado. El trigo biotecnológico, por otro lado, sería consumido directamente por los humanos en pan y pasta, algo que los consumidores y los reguladores han rechazado rotundamente en el pasado.
El atractivo comercial de HB4 es que tolera la sequía en un momento en que los agricultores de todo el mundo lidian con el cambio climático y la falta de agua.
Argentina, uno de los principales exportadores de trigo, dio la semana pasada su aprobación final para cultivar HB4 después de que Brasil, el principal comprador, lo autorizó para el consumo.
Aun así, los exportadores están preocupados de que los cargamentos a importadores de trigo que aún no han autorizado el HB4 podrían contaminarse con la cepa GM, lo que dejaría a Argentina fuera de esos mercados.
Los temores de los comerciantes pueden comenzar a disminuir si, como espera Bioceres, Australia se convierte el segundo mayor proveedor mundial de granos que dé luz verde a la plantación de esta variedad.
El impulso está claramente a favor del trigo HB4, dijo López Lecube, a medida que los problemas de sequía de la agricultura global se ven agravados por la vacilación de las cosechas de cereales en la región del mar Negro debido a la invasión rusa a Ucrania.
“Esta perturbación crea espacio para que la tecnología estabilice el suministro de alimentos”, señaló.