El Banco Central Europeo analizará las operaciones de negociación de grandes instituciones financieras como parte de las pruebas de estrés climático el próximo año. El BCE concluyó que tan solo una evaluación de los préstamos no dará suficiente información sobre las consecuencias que se enfrentan por el calentamiento global.
El BCE, que aún no ha revelado públicamente los parámetros de sus pruebas, también estudiará los riesgos operacionales y de reputación que enfrentan los bancos, dijo a Bloomberg Alvarez & Marsal, una consultora involucrada en el proceso.
La evaluación de las operaciones de negociación de los bancos representa un desafío adicional para una industria que ya advirtió que no está lista para las pruebas del próximo año. El BCE busca más detalles que otros bancos centrales y, entre bastidores, ha aumentado la presión sobre la industria.
En Europa, los políticos quieren que los bancos se conviertan en un pilar clave en la lucha contra el cambio climático reduciendo el financiamiento de operaciones contaminantes. Los inversionistas anotan que los bancos agobiados por balances con alto contenido de carbono pueden enfrentar mayores exigencias de capital, lo que podría reducir su capacidad de pago de dividendos.
“Ningún banco tiene lo que quiere el BCE”, dijo Fernando de la Mora, director gerente de Alvarez & Marsal, quien está asesorando a los bancos sobre cómo prepararse para las pruebas de resistencia. “Los bancos globales enfrentan el desafío adicional de encontrar datos de regiones fuera de Europa, lo que es limitado”.
Un portavoz del BCE declinó hacer comentarios.
El BCE también solicitó a los bancos datos sobre las emisiones asociadas con los ingresos que generan, un enfoque al que el Banco de Inglaterra se opuso para sus pruebas climáticas de este año debido a la falta de datos disponibles, según Alvarez & Marsal.
En la práctica, los bancos de la eurozona tendrán que estimar las emisiones de carbono de las empresas detrás de la mayor parte de sus ingresos por comisiones e intereses. También deberán proporcionar datos sobre las emisiones, los préstamos y los ingresos asociados con sus clientes más grandes en todas las industrias, según el análisis de la consultora.
La decisión de incluir los libros de negociación de los bancos aumenta la complejidad del ejercicio. Pero también permitirá al BCE ver qué podría pasar con las carteras de acciones o bonos si fueran expuestas a choques como pérdidas en la deuda de compañías petroleras, dijo De la Mora.
Tanto el BCE como el Banco de Inglaterra han pedido a los bancos que utilicen un horizonte de 30 años para evaluar cómo sus balances resistirán los riesgos derivados de la transición de la economía lejos de las industrias contaminantes, según Alvarez & Marsal.
Sin embargo, el Banco de Inglaterra solicitó a los bancos que también tengan en cuenta tres décadas al considerar los riesgos físicos como el clima extremo o los incendios forestales, mientras que el BCE está usando un horizonte de un año, según el análisis.
“La prueba del BCE cubre más áreas que la del Banco de Inglaterra, incluso si usan los mismos escenarios”, dijo De la Mora, agregando que “probablemente habrá un impacto limitado en el capital” a partir de las pruebas, porque el objetivo principal es “presionar a los bancos para que refuercen sus capacidades”.