Mirtha Trigoso
Ante el cierre de los cines debido a las restricciones impuestas por la pandemia del COVID-19, los autocinemas se están convirtiendo en una opción de entretenimiento seguro a considerar por limeños de los estratos altos.
Así, según estudio de la consultora Flanqueo, un 39% de limeños del segmento A-B planea ir a los nuevos autocinemas en estos últimos meses del año.
“En este porcentaje están incluidos los que ya fueron a los autocines, y volverán a regresar; así como los que aún no lo han hecho”, dijo el gerente general de la consultora, Javier Quiñones.
Y es que solo el 11% de los limeños del referido segmento socioeconómico señala que ya asistió a los autocinemas.
“Hay un 89% que aún no lo ha hecho y estos se constituyen en un público potencial”, indicó.
¿Cuáles son los inconvenientes que encuentran los limeños para no ir a los autocinemas? Según el estudio, el 39% de los limeños del estrato A-B, considera que su costo es elevado.
“Esta respuesta es nada favorable para las proyecciones del negocio a largo plazo. Si bien es cierto, actualmente los autocinemas ofrecen precios diferenciados y reducidos en días, horas, y películas específicas, el público no estaría informado, siendo el precio que tienen en su mente los más de S/50 (por pareja) del precio de lanzamiento del nuevo servicio, y este costo lo comparan con los S/17 que cuesta en promedio ir a los cines”, anotó.
En esa línea, destacó, el precio que los limeños de los estratos altos consideran adecuado para los autocinemas, oscila entre los S/ 30 y S/ 39 (por pareja).
Pero, además, que los autocines cuenten con una cartelera antigua es otra de las principales desventajas que mencionan, así como que cuenten con pocas sedes.
En Lima hay actualmente cuatro autocinemas, “Lima Park” en el Parque de Las Leyendas (San Miguel), Autocinema+ del Mallplaza Bellavista (Callao), Jockey Plaza (Surco); y autocinema Arnold’s en Barranco.
David vs Goliat
¿Podrán los autocinemas quitarle penetración a los cines? Javier Quiñones, indicó que hay que recordar que los cines en el país mueven alrededor de US$ 180 millones (en el 2019), y cuentan con más de 600 salas; en cambio los autocines, que volvieron al mercado tras más de 40 años, aún están en ciernes.
Así, con el fin de conseguir que el negocio de los autocinemas se mantenga en el mercado y se convierta en una competencia para los cines cuando estos comiencen a operar, recomendó a los jugadores de este negocio apostar por hacer una campaña de comunicación, principalmente en redes sociales, informando sus precios y promociones; asimismo expandirse más geográficamente.
Además, indicó, ayudaría que acepten que los asistentes vayan a sus sedes con otros medios de transporte (diferente a los autos) como son motos, bicicletas, entre otros; brindar servicios adicionales como celebración de cumpleaños, pedidos de matrimonios; entre otras actividades.
“Es importante que este negocio se proyecte; y es que en caso existan pequeños rebrotes de la pandemia, las salas de cines convencionales serán los últimos en reactivarse; y el autocinema podría incrementar su penetración. En este momento su objetivo debería ser conseguir la mayor tasa de ocupación para generar hábito”, mencionó.