Hace casi 13 años, Asia del Campo instalaba los primeros proyectos inmobiliarios al sur de Lima, en una zona de gran extensión de tierra y con una apuesta dirigida a un público que buscaba una segunda vivienda. Actualmente, la desarrolladora inmobiliaria busca seguir sumando proyectos de condominios y casas de campo, aunque con una nueva ruta en su brújula empresarial. En conversación con Gestión, José Carlos Villalobos, director de Asia del Campo
“La proyección de tierra que había en el sur se está acabando y ya no hay mucha Tierra. Nosotros fuimos los pioneros en el año 2011 y había mucho terreno en ese momento, pero con el paso del tiempo se han ido sumando grandes empresas. Hay mucho desarrollo inmobiliario en la zona y eso ha hecho obviamente, que los que el precio del metro cuadrado suba”,
A pesar del alza en los precios, Villalobos mencionó que la estrategia de la empresa sigue siendo acumular tierras para futuros proyectos. “Estamos volviendo a acumular tierra para desarrollar este tipo de condominios, condominios más exclusivos”, explicó. Además, destacó que los formatos de condominios más pequeños y medianos han tenido una gran aceptación en el mercado, con lotes de 300 a 400 m2 que incluyen clubes, piscinas y ciclovías.
En cuanto a las perspectivas futuras, Villalobos enfatizó la importancia de seguir buscando oportunidades en el sur, a pesar de la volatilidad del mercado en el norte. “Ante la expectativa de lo que está ocurriendo con el Puerto de Chancay, hay mucha especulación con el precio del norte”, explicó. La empresa está evaluando las políticas del gobierno y las condiciones del mercado antes de hacer movimientos significativos en esa región.
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Perfil del comprador
La mayoría de compradores de casas de campo son usuarios finales. “A diferencia de lo que ocurre con las casas de playa, el sector de campo no es visto siempre como motivo de inversión para alquiler”, sostuvo Vidal.
Sin embargo, esporádicamente hay quienes adquieren grandes lotes con la finalidad de arrendarlos como restaurante campestre o local para celebraciones.
“También se observa una democratización en el interés por casas o lotes en zona de campo. Antes solo venía de los niveles socioeconómicos A y apenas el B. Ahora baja mucho más”, destacó Vidal.
Villalobos explicó que los clientes están utilizando los terrenos y condominios de diversas maneras. “Del 100%, está dividido en cinco grandes grupos”, detalló. Entre estos, destacan quienes usan los terrenos como primera vivienda, los inversionistas que compran y mantienen el terreno, y aquellos que construyen para rentabilizar a través de alquileres de corto plazo, como Airbnb. “La rentabilidad es interesante también ahí”, señaló, destacando el potencial económico de estos alquileres.
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