A través de una investigación de mercado, se detectó que la PUCP era percibida como una excelente universidad, pero que, por ejemplo, podía ser más moderna y hablarle más a los jóvenes. “La excelencia no necesariamente era percibida en la comunicación, sino en el nivel de exigencia o en su reputación. Pero no solo hay que serlo, sino también parecerlo”, dice Claudia Boggio, presidente y socia fundadora de Infinito, la agencia de branding y diseño estratégico encargada de renovar la identidad de la universidad. El proceso tomó alrededor de un año.